“Pensando fuera del cono”

Parafraseando esa frase que invita a pensar fuera de la caja, un artículo de Star-Telegram, denominado Thinking outside of the cone: Ice cream gets adventurous in DFW, recoge una síntesis de lo que eso significa en el mundo de los helados.

Y es que el calor que está disfrutando el hemisferio norte es el escenario ideal para visibilizar  las innovaciones que se han lanzado en los negocios que sirven para refrescarse como es el caso de los helados.

Hay un poco de todo: desde helados que se preparan al instante con nitrógeno, hasta una suerte de nieve de hielo (shaved snow), pasando por los rollos de helados o los helados vegan-friendly.

Los shaved snow son originarios de Taiwán y tal como se ha señalado están entre la raspadilla y un helado cremoso a nivel de textura, con la ventaja que no lleva leche, tiene poca azúcar y casi nada de grasa.

Los helados hechos con nitrógeno ayudan a personalizar el sabor de preferencia porque se hacen a partir de la selección de sabores de cada cliente, los cuales se trabajan en el tamaño de preferencia usando nitrógeno líquido, lo cual a su vez permite crear determinados gustos y texturas en función de los ingredientes que se usan, entre los cuales se pueden incluir marshmallows, frutas y galletas.

Los helados en rollo son originarios de Tailandia y se hicieron tendencia en el verano pasado en los EE.UU., la novedad este verano es la mezcla de ingredientes con los cuales se puede combinar la preparación con la que se procesan con las espátulas, así como la forma vertical en la que están siendo ofrecidos.

La mezcla de shave snow con leche y frutas es conocida en Filipinas como el Halo-Halo y se sirve con una bola de helado de distintos sabores, que finalmente se puede beber o comer. La novedad es que en algunos locales usan agua de coco en lugar de agua natural, lo cual mejora los beneficios del consumo de este postre.

Todas son buenas ideas para recrear formatos de negocios de helados, lo que hay que trabajar es que el mercado no sea estacional a fin de dar continuidad al crecimiento del sector. Para ello, parte de la tarea es promover el consumo per cápita que hoy ni si quiera alcanza el 1.5 litros/peruano.