IDEAS
El chisme es el lubricante de la vida laboral
El chisme y los rumores son elementos típicos de la vida laboral que puede generar tanto efectos positivos como negativos en el desempeño de los negocios y la vida de los trabajadores. En cuanto a lo positivo, los chismes y rumores entretienen, informan y conectan a las personas. En cuanto a lo negativo, estos pueden destruir la confianza, promover comportamientos pasivo - agresivos, arruinar reputaciones e incluso reducir la productividad.
Para comenzar a entender cómo el chisme y los rumores pueden afectar tu negocio, es muy importante distinguir entre rumor y chisme.
Un rumor es una narrativa que las personas crean para llenar un vacío de información. Por ejemplo, cuando una empresa está experimentando cambios gerenciales, se está reestructurando o está en pleno proceso de fusión o adquisición, los trabajadores se preocupan mucho respecto de cómo los cambios les afectarán. A menor información, mayor es la ansiedad del personal y, por ende, mayor el número de rumores que se crean para llenar el vacío de información e intentar darle sentido a la incertidumbre. Por lo general, detrás de los rumores no suele haber mala intención sino miedo. Este miedo puede terminar afectando el negocio si es que, por ejemplo, entre un equipo de ventas circula el rumor de que el procucto que se va a lanzar tiene fallos importantes; o, por el contrario, puede terminar aumentando la productividad de los trabajadores por temor a ser despedidos en un reajuste de personal.
Un chisme, a diferencia de un rumor, está asociado más con el entretenimiento grupal que con un intento por llenar un vacío de información. Los chismes no calman la ansiedad como los rumores sino que generan placer, especialmente cuando se trata de chismes negativos acerca de terceros. Son precisamente estos chismes los que nos ayudan a proteger nuestros sentimientos, deshacernos de los malos sentimientos y hacernos sentir mejor a nosotros mismos. También nos ayudan a vengarnos por aquello que consideramos injusto.
En general, lo que hace buenos o malos a los rumores y chismes son la intención detrás de ellos, la forma en que la información es percibida y las reacciones que provoca, así como el tiempo que se permite que se distribuyan o afiancen.
Sin embargo, no hay que alarmarse pues se trata de elementos propios de un ambiente de trabajo que también pueden llegar a jugar un rol positivo en el funcionamiento de un negocio. Los rumores, por ejemplo, llenan vacíos de información respecto de procesos internos del negocio no escritos o al quién es quién de la empresa, entre otros . Los chismes, por su parte, pueden servir de catalizadores de los sentimientos de los trabajadores y minimizar el potencial daño que podría tener un enfrentamiento directo entre colegas.
Ya sea que manejes un equipo donde se generan rumores y chismes o seas parte de un grupo de personas entre los que estos circulan, lo que no debes perder de vista es que estos son espacios temporales de liberación de sentimientos que preferimos no enfrentar directamente. Es decir, los rumores y chismes solo lubrican las relaciones laborales pero no las resuelven. Ojo con eso.
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