NÚMEROS
La amenaza de la tuberculosis
Durante mucho tiempo, la tuberculosis ha sido asociada a la probreza. Sin embargo, llegar a ser la novena causa de muerte en el mundo, la convierte en una enfermedad de naturaleza infecciosa que ha escalado más allá de esa asociación. Si bien se presenta con mayor frecuencia en África, India y China, hoy hay personas infectadas desde Perú hasta el Reino Unido.
Según la Organización Mundial de la Salud, la tuberculosis provoca más muertes que el VIH/sida, y a pesar de los esfuerzos que realizan los estados para luchar contra ella, estos no han tenido los resultados para acabar con esta enfermedad.
En 2017, hubo 1,7 millones de personas fallecidas a causa de esta enfermedad, a lo cual se suma que se estiman 10 millones de nuevos casos diagnosticados en ese mismo año. Si bien es cierto este número está disminuyendo a un ritmo del 2% anual, según las estimaciones de la propia OMS, casi la cuarta parte de la población de todo el mundo sufre de una infección tuberculosa.
Para dar un giro a esta situación y dar mayor impulso a las estrategias que permitan cambiar estas estadísticas, los principales líderes políticos que asistieron a la primera reunión de alto nivel sobre la tuberculosis de la Asamblea General de las Naciones Unidas, acordaron asegurar mayores presupuestos para luchar contra esta enfermedad.
Lo más importante es asegurar un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado. Muchas personas que son diagnosticadas no completan la terapia recomendada y eso repercute en mayores casos de tuberculosis multirresistente que impide la continuidad del tratamiento y agravan los problemas de presupuesto público en los países más pobres. Las personas no se dan cuenta que si la tuberculosis no se trata puede llegar a ser mortal.
El financiamiento es uno de los desafíos más importantes para el desarrollo de nuevas vacunas, diagnósticos y medicamentos, de manera que sean estos más accesibles. Cuando este es escaso no se consiguen resultados positivos lo suficientemente rápidos.
Se espera que llevar esta problemática a las Naciones Unidas, permita que se adopte un mayor compromiso para luchar contra la enfermedad que a pesar de ser diagnosticable y curable, está matando a millones de personas en el mundo porque la resistencia a los antibióticos se está convirtiendo en un problema generalizado para atacar enfermedades con tratamientos prolongados.
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