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La agricultura vertical y la seguridad alimentaria
El crecimiento de la población y la necesidad de cubrir su demanda de alimentos hace que se busquen alternativas para solucionar dos de los problemas que hoy en día tiene la agricultura sostenible: la escasez de tierras y la falta de agua para regar los campos.
A estos problemas, se le suma el cambio climático, que afecta la agricultura, quitándole fertilidad al suelo a causa de la ocurrencia de eventos climáticos extremos.
Según el artículo de Barilla Center for Food & Nutrition, titulado ¿La agricultura sostenible realmente necesita suelo?, lo que hay que hacer para garantizar la seguridad alimentaria es cambiar de dirección en la forma en que se cultiva la tierra, pasando de una agricultura horizontal a una vertical.
¿En qué consiste la agricultura vertical?
La agricultura vertical consiste en cultivar plantas en varios niveles (pisos). Las ventajas de esta forma de cultivo en el futuro de la agricultura sostenible son el ahorro del espacio y de agua lo que aumenta el rendimiento, la resistencia al cambio climático y que además este sistema permite regular el contenido de sustancias beneficiosas como las sales minerales en el producto final y además protege a los cultivos de enfermedades y parásitos.
Existen diferentes técnicas de cultivo vertical como los hidropónicos, en los que las plantas crecen con sus raíces sumergidas en agua o técnicas más avanzadas en las que el agua es reemplazada por aire que contiene agua y nutrientes. Los cultivos que emplean la agricultura vertical con mayor frecuencia son el tomate y el melón, sin embargo, existen otros como la lechuga, la fresa, la berenjena, las plantas ornamentales y las flores.
Desde la creación de la primera granja vertical comercial en Singapur en 2012, otros países han comenzado a invertir en este nuevo enfoque de agricultura sostenible. En Japón, las fábricas de semiconductores se han transformado en granjas de lechugas respaldadas por el interés de grandes corporaciones como Fujitsu. En el Reino Unido, Growing Underground ha convertido un refugio antiaéreo de la Segunda Guerra Mundial en una granja para la agricultura sin suelo y, en Estados Unidos, AeroFarms, tiene el potencial no solo de convertirse en una de las granjas verticales más grandes del mundo.
La aplicación de esta tecnología no es sencilla porque se requiere implementar la infraestructura necesaria y los recursos son escasos. Sin embargo, todo indica que la seguridad alimentaria del mundo estará vinculada a la capacidad que se tenga de producir alimentos sin suelo.
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