Los inmigrantes y su aporte al desarrollo tecnológico

El mundo espera con ansiedad que se complete la fase-3 de la elaboración de las vacunas de BioNtec y Moderna contra el Covid-19 y muy pocos saben que estos esfuerzos que se están realizando en EEUU y Alemania son liderados por inmigrantes.

Pese a que hace mucho, los inmigrantes han demostrado que es más lo que suman que lo que restan, aún hay gobernantes que “demonizan” a la inmigración sin darse cuenta lo que esta aporta al mundo, a sus países, y, en especial, al desarrollo tecnológico.

Una investigación realizada por Kellogg School of Management este año, señala que la inmigración puede expandir la oferta laboral y crear una mayor competencia para los trabajadores nativos. Además, los inmigrantes crean empresas que generan empleo. (NBER, 2020)

En la misma línea, la investigación de The Wharton School, “Mi Casa Es Tu Casa: Immigrant Entrepreneurs as Pathways to Foreign Venture Capital Investments” advierte que los inmigrantes no solo crean puestos de trabajo, sino que también aportan recursos financieros importantes. Precisamente, esto explicaría que la inversión de capital riesgo transfronterizo se encuentra en niveles récord, debido en gran parte a la naturaleza cada vez más internacional del espíritu empresarial. 

A esto se suma una investigación del laboratorio CSAIL del MIT que da cuenta que el 75% de los avances realizados en inteligencia artificial (IA) en los EEUU en los últimos 30 años, han sido impulsados por científicos nacidos en el extranjero.

Por ello, un reciente artículo publicado por (Forbes) plantea la necesidad que las políticas de inmigración permitan atraer profesionales extranjeros. No son pocos los casos de profesionales con Ph.D. que no han podido ser reclutados por empresas tecnológicas debido a problemas de visado, incluso con una oferta laboral existente. Desafortunadamente, en los últimos años, las políticas de inmigración se convirtieron en un obstáculo para las empresas estadounidenses en el proceso de reclutar y retener talentos.

Según Forbes, de los 247 millones de personas en el mundo que viven fuera de sus países, un 35% son altamente calificados con -al menos- educación terciaria. Esto explica que muchas veces estén mejor calificados que la población nativa, por tanto, es preciso revisar estas restricciones de inmigración, para frenar la fuga de talentos que día a día se incrementa.