HISTORIAS
El problema de dos primos en la industria farmacéutica
Friedrich Jacob Merck abrió por primera vez su farmacia en 1668. Desde entonces, la empresa que fundó no ha dejado de vender medicinas, aun cuando recientemente ha estado tratando de diversificar su negocio hacia la producción de equipo de laboratorio y otro tipo de materiales de alta tecnología. Además, a pesar del paso del tiempo, la familia Merck sigue controlando el 70% de la empresa farmacéutica más antigua del mundo.
Sin embargo, durante la primera Guerra Mundial, el negocio de la filial de la empresa en Estados Unidos, fundado en 1891, fue confiscado por el gobierno. Desde entonces, existe una empresa Merck alemana y otra norteamericana. Actualmente, la empresa de Estados Unidos es varias veces más grande que la de Alemania (valor de mercado de US$160.4 miles de millones vs. US$15.1 miles de millones).
Por décadas, el acuerdo entre estos primos hermanos de la industria farmacéutica fue bastante sencillo: el holding alemán tendría los derechos del uso de la marca en todo el mundo, con excepción de Estados Unidos de Canadá donde se le conoce como EMD (Emanuel Merck, Darmstadt). Por su parte, la empresa Merck de Estados Unidos se identificaría en el resto del mundo como MSD (Merck Sharp Dohme). Para los consumidores, tampoco parecía existir un problema. De hecho, si Usted padece de hipotiroidismo y alto colesterol, lo más probable es que esté consumiendo un producto de la Merck de Alemania (Eutirox) y otro de la Merck de Estados Unidos (Mevacor), seguramente sin darse cuenta.
Hoy el problema es que Internet ha complicado la implementación de este acuerdo y ha generado confusión tanto entre doctores como pacientes. Por ejemplo, en febrero de 2014, el grupo STOPAIDS organizó una protesta contra el apoyo que la empresa Merck realiza al retraso en la introducción de copias de bajo costo de medicamentos contra el SIDA que tienen patentes vigentes en Sudáfrica. El único problema es que el grupo STOPAIDS se confundió de Merck. En lugar de protestar en New Jersey frente al local de Merck & Co. (la empresa norteamericana), lo hizo frente a las oficinas de Merck KGaA en Londres (la empresa alemana).
Sin embargo, no solo se trata del problema de lidiar con el costo de la mala imagen de quien usa la misma marca del otro lado del océano, también se trata del provecho que genera utilizar una marca con un legado de casi 350 años en Alemania y de más de 100 años en Estados Unidos. Este hecho ya ha generado más de una escaramuza entre las empresas. Por ejemplo, en 2011, la Merck alemana inició un proceso judicial para asegurar el uso de una página de Merck en la red social Facebook. Similares litigios se han producido respecto del uso de direcciones web.
Lo más probable es que estos primos hermanos de la industria farmacéutica encuentren una solución mutuamente aceptable. No obstante, resultará interesante conocer cómo se zanjará una disputa entre negocios que fueron separados por una guerra mundial y que siguieron trayectorias de crecimiento y de negocios distintas.
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