PERSONAS
Camuflaje para sobrevivir
Existen numerosas especies que se han visto obligadas a evolucionar a consecuencia de la actividad humana, uno de los casos más famosos es el de la mariposa de los abedules (Biston betularia). Este insecto, que tenía originalmente las alas moteadas de color blanco para pasar inadvertida ante los pájaros, adquirió un tono oscuro cuando el hollín de la Revolución Industrial cubrió los árboles en Inglaterra.
En esa mutación, la influencia del hombre fue indirecta. Sin embargo, en el caso de la planta fritillaria delavayi, que crece en las laderas rocosas de las montañas Hengduan de China, la influencia es directa.
La fritillaria delavayi es una hierba que produce una sola flor por año después de su quinto año, por lo que es considerada una planta bastante exótica. Además, el bulbo que crece debajo de las flores se ha utilizado en la medicina china durante miles de años, generando un aumento de los precios y llevando a un incremento en la recolección de la fritillaria delavayi en los últimos años.
Este exceso de recolección es lo que probablemente ha impulsado la evolución de esta planta en su intento de camuflarse para evitar ser recolectada por las personas. (ABC, 2020)
Investigadores de la Universidad de Exeter y el Instituto de Botánica de Kunming de la Academia de Ciencias de China, encontraron que los ejemplares situados en áreas donde había una gran recolección se asemejaban a las rocas de su entorno. Esto fue comprobado luego de que estudiaron las plantas en su entorno montañoso y de observar lo fáciles que eran de recolectar. Además, estimaron cuánta recolección se llevaba a cabo en cada lugar, con lo que descubrieron que el nivel de camuflaje en las plantas estaba relacionado con los niveles de cosecha. En un experimento por computadora, comprobaron que los ejemplares más camuflados, tardaban más en ser detectados por las personas.
En un inicio se pensó que al igual que en otras plantas camufladas, la evolución del camuflaje de esta fritillary había sido impulsada por herbívoros, sin embargo, y luego de no encontrar a esos herbívoros, se concluyó que el miedo al ser humano es lo que había provocado que las plantas cambiaran de color para sobrevivir.
Esto significaría que los seres humanos pueden tener un impacto directo e importante en la coloración de los organismos silvestres y no solo sería consecuencia de la presión de la cadena alimenticia.
Publicar un comentario