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Austeridad ¿Qué dices?
La pandemia ha obligado a los países más reacios a las ayudas públicas a abrir sus arcas fiscales. La tarea no ha sido fácil porque muchos países venían de años de esfuerzos por reducir sus déficits.
Los países europeos no han sido la excepción, según describe El País de España en su artículo “Europa riega de ayudas a sus empresas”. Uno de esos casos ha sido el de Francia. El ministro de Economía francés dice en sus recientes “Memorias provisionales” que no se arrepiente de las ayudas realizadas a las empresas desde el inicio de la pandemia, aun cuando él es reconocido como un conservador.
Para Bruno Le Maire ”era lo que se tenía que hacer para preservar competencias que a Francia le costó décadas crear” como el turismo, la hostelería y la cultura hacia donde se fueron préstamos y exoneraciones fiscales.
Todas las medidas que se tomaron en Francia no lograron evitar la contracción, pero sí una lluvia de quiebras. Sin embargo, la segunda ola está obligando a insistir con las ayudas a través del fondo de solidaridad para las empresas que se ven obligadas a reducir su actividad.
El caso de Alemania es bastante similar aunque con medidas distintas. El énfasis se centró en proteger empleos por lo que dieron subvenciones directas que consisten en que el Estado asuma temporalmente entre el 60 y 87% del salario de trabajadores a los que se le reduce la jornada (kurzarbeit), algo que en la evaluación realizada era menos costoso que asumir el desempleo masivo.
Alemania también salió en auxilio de las grandes empresas, como Lufthansa, el touroperador TUI, entre otros. Y redujo temporalmente el IVA, equivalente al IGV en el Perú.
En Reino Unido fueron algo más cautos y empezaron con diferir impuestos y avalar créditos, pero luego se reorientaron las decisiones para incluir subvenciones directas, un plan de retención de empleos parecido al ERTE español y la segunda ola, terminaron por convencer al gobierno de la necesidad de dar ayudas directas por sectores como el hotelero, hacia donde se orientaron 10 mil euros por establecimiento.
Italia, país que fue uno de los primeros en ir al confinamiento por su alto nivel de contagios, no ha escatimado en ayudas, suspensión de obligaciones fiscales, postergación de pago de hipotecas, un erte y bonos para las familias. Sin embargo, las demoras, las filtraciones y la compleja burocracia ha provocado protestas en los distintos sectores que percibían que todo se quedaba en promesas.
Finalmente, EEUU también aprobó un paquete de estímulos para sus pymes y las familias, entre las cuales había líneas de crédito para las industrias y ciudades y cheques directos y cupones para las familias.
Es justo reconocer que muchas empresas hoy sobreviven por los fondos de los gobiernos, en la medida que el coronavirus impedía que cumplieran con sus obligaciones financieras, pero también es verdad como señala el propio artículo, que las ayudas de los gobiernos han resucitado a empresas zombies, esto es, que ya habrían quebrado por el coronavirus.
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