Reconocimiento a los científicos

Todo el mundo habla de la importancia de la innovación, de que la pandemia ha puesto en evidencia el valor de la ciencia para combatir un virus que tiene al mundo semi paralizado y que ha cambiado la forma en que estudiamos y trabajamos. Sin embargo, son muy pocos los países que apuestan por reconocer el trabajo de los científicos y sus esfuerzos en investigación.
Una reciente nota publicada en el Diario El País de España da cuenta de la trama burocrática que tienen que superar los científicos que deciden regresar a ese país: no se valora el tiempo de investigación de quienes trabajaron en centros de investigación extranjeros y por lo tanto no se computa dentro del sueldo de quien accede a un puesto en el Estado (oposición) o se suma para acceder a los complementos remunerativos por méritos de investigación, lo cual los obliga a aceptar sueldos menores que el que recibían en los centros del exterior.
Para cambiar las cosas, el gobierno español va a presentar una nueva Ley de Ciencia para mejorar la situación laboral de los científicos y, para complementar ese esfuerzo, los centros de investigación públicos y privados están haciendo una petición al gobierno para modificar las normas que regulan los complementos salariales de modo que favorezcan el retorno de los cerebros emigrados.
En el Perú, las cosas no son distintas. No hay una política que promueva asertivamente el retorno del talento que ha salido en el exterior. Tampoco se entiende el afán de crear un nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología antes que reconvertir algún otro existente, si no se tiene claro que se podrá sostener un esquema remunerativo que compense el gran trabajo que realizan los científicos. 
Basta con preguntar a los científicos de los principales institutos y centros de investigación para saber si ellos perciben que su trabajo y aporte al conocimiento es suficientemente recompensado en el país o ver su baja producción científica para darse cuenta que hay algo que no funciona.
Por ello, quizá más importante que crear una nueva burocracia es garantizar los mecanismos que permitan promover la investigación científica.