¿Cómo se renuevan los sabores de helados?

Cada año, las marcas de helados envasados nos sorprenden con nuevos sabores y presentaciones de helados.
En los últimos años hemos visto cómo nuestro chocolate o nuestra galleta favorita durante el invierno se convertía en un nuevo sabor de helados en presentaciones familiares, apelando a captar a los consumidores con quienes esos sabores ya son conocidos y probados.
Sin embargo, no es la única forma en que surgen nuevos sabores. Las tendencias cumplen un rol importante. Los sabores salados, los “plant-based” como sugiere una reciente nota de Yorokobu, los de licencias de otras marcas, los antiestrés como proponía Mintel hace unos años o los que ayudan a dormir mejor son solo algunos ejemplos de las novedades que se están lanzando al mercado.
Otro factor a tomar en cuenta es la mayor preocupación por la salud, que favorece la opción por los menos dulces y más naturales o apelar a que ayudan a sentirse mejor. ¿Quién puede terminar de mal humor después de comerse un helado?. En esta misma línea está la posibilidad de replicar lo que funciona o es tendencia en otras categorías de alimentación como ocurre con el chocolate negro o con mayor porcentaje de cacao. Si funciona en los chocolates, ¿por qué no ha de funcionar en los helados ofrecer una opción de este tipo?
A estas estrategias para introducir nuevos sabores, se suma el mayor interés por los frutos secos como el pistacho que cada vez más es un sabor fijo en las cartas de la gastronomía, los exóticos como los de camu camu, frutos del bosque, maracuyá; los sabores internacionales que los turistas buscan como la menta o el limón y también están las réplicas de nuestras golosinas preferidas.
La imaginación y creatividad no tiene límites cuando se trata de renovar sabores.