PERSONAS
La influencia del chisme
La práctica de hablar de otros, de querer saber qué le ocurre al otro se ha convertido en una afición que no necesariamente es beneficiosa, pero que cada vez más alcanza distintos ámbitos: académico, el del trabajo, el social. Lo interesante de las distintas investigaciones que son citadas en un reciente artículo titulado Bartleby, Gossip in the workplace, publicado en la revista The Economist, es que advierten que no es exclusiva de la sociedad occidental.
En Africa, quienes chismean lo hacen para criticar a aquellos que no comparten el producto de la caza realizada.
A nivel laboral, investigadores de la Universidad de Amsterdam señalan que se chismea de los flojos, de los que dejan que otros hagan su trabajo. Si bien se advierte que esto podría tener un efecto reputacional porque muchas veces se puede difundir información que no es tan precisa sobre los trabajadores, pero es lo que más atrae a la gente: el chisme negativo sobre terceros y no los logros que pudiera haber alcanzado.
Al respecto, incluso hay casos que se han judicializado como uno que ocurrió el 2021 en Canadá donde se difundió que una mujer tenía una relación sexual inapropiada con un bombero y como consecuencia de ello, esta fue despedida.
En conclusión, ¿bueno o malo? depende del tipo de información que se comparte y el daño que esta puede provocar. A nivel laboral, lo razonable sería sancionar a quien difunde información imprecisa con el fin de desprestigiar a un colaborador. Este tipo de actitudes deben ser gestionadas de la forma correspondiente para evitar que afecte el funcionamiento de la organización.
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