Tierras no tan raras

Las denominadas tierras raras son un conjunto de 17 elementos químicos, entre los que están 15 lantánidos y a los que hay que sumar el escandio y el itrio. Se trata de metales pesados de un color plateado o que se suelen encontrar mezclados en rocas y minerales (menas), según refiere una nota de Sergio Guinaldo en El Economista de España.

Estas tierras tienen múltiples propiedades y aplicaciones que con otros materiales no serían posibles porque son magnéticas, ópticas y catalíticas, además de tolerar muy bien las altas temperaturas. 

Son claves en la electrificación y en las tecnologías renovables porque los imanes(neodimio, hierro y boro) se usan en generadores eólicos y en motores de vehículos eléctricos por su densidad de potencia; en el almacenamiento de hidrógeneo y en baterías de níquel-metalhidruro (lantano y cobalto); y, el óxido de cerio se usa en catalizadores de automoción y en catalizadores para refino.

En tecnología, el erbio se usa para la fibra óptica que posibilita amplificadores que sostienen Internet de larga distancia; el europio y el terbio generan colores rojo y verde puros en fósforos de pantalla y televisores LEDs; el itrio y el aluminio se emplean en láseres, mientras que el neodimio colorea y filtra vidrio, útil en óptica y protección ocular.

Estos dos ejemplos de muchos más, explican que estas tierras se hayan convertido en motivo de disputa entre EEUU y China, a la que se han sumado Rusia y la UE como actores secundarios. El objetivo no es solo controlar la producción, sino también las reservas. Esta disputa se ha agudizado con la decisión de China de controlar la exportación de tierras raras y otros minerales y tecnologías críticas para baterias.

La Unión Europea también está preparando una respuesta coordinada para encontrar solución a estas restricciones y EEUU ha anunciado que impondrá aranceles de 100% a China sobre cualquier arancel que esté pagando actualmente.