IDEAS
La inteligencia no desaparece con los años, cambia
Todos conocemos a personas que son tan inmaduras a los 60 como lo eran a los 20 y también a aquellas personas extremadamente talentosas que con los años ven disminuidas sus capacidades. Esta es una de las razones que está detrás del temor de las empresas a contratar personal más experimentado. Para muchas empresas, como dice el refrán, un “perro viejo no aprende trucos nuevos”.
Un reciente estudio sobre la inteligencia en los adultos dirigido por Hoshua Hartshorne del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y que fue publicado en marzo pasado en el Journal Psychologial Science puso a prueba esta creencia. Los resultados derumban algunos mitos y dan algunas luces sobre el proceso de evolución de la inteligencia de las personas a lo largo de los años. Los resultados, además, permitieron aclarar la aparente contradicción entre el hecho de que una persona mayor se vuelve cada vez más lenta, al mismo tiempo que se considera que se vuelve más sabia. Para Hartshorne y su colega Laura Germine, no existe tal contradicción porque ambos procesos ocurren simultáneamiente.
El principal resultado del estudio liderado por Hartshorne es que las capacidades intelectuales de las personas cambian con los años. Algunos ejemplos:
- Alrededor de los 18 años, se alcanza el máximo de capacidad para absorber números, nombres y hechos. Luego esta capacidad de va desacelerando.
- Entre los 20 y los 35, la capacidad para recordar y manejar simultáneamiente diferentes piezas de información alcanza su pico.
- Entre los 40 y los 60, la capacidad para identificar el estado emocional de las personas o, como se suele decir, “para leerlas” alcanza su punto máximo.
- A los 70 todavía se sigue incrementando la capacidad para aumentar la riqueza del vocabulario.
Precisamente por esas diferencias es que resulta tan clara la diferencia de tener a un talento de 20 años en el directorio de una empresa que contar con un profesional más experimentado de unos 40 años. Un ejemplo del reconocimiento de este hecho es la conformación de muchos de los directorios de las empresas tecnológicas más grandes del mundo como Google, Apple o Facebook, que han sabido incorporar personas experimentadas en estos, a pesar de que el manejo diario de la empresa está en manos de personas bastante jóvenes.
Son varias las impllicancias de los resultados de este estudio. Sin embargo, quizás la más importante es que los temores de las áreas de recursos humanos carecen de fundamento. Dependiendo de los requerimientos de cada posición, un profesional más experimentado puede terminar siendo la mejor opción. No es verdad, entonces, que los perros viejos no aprendan trucos nuevos. Si lo pueden hacer. Todo depende del truco que querramos enseñarles.
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