¿Por qué no atraer a Ikea a invertir en bosques en Perú?

A principios del mes de Julio, IKEA anunció la compra de 33 600 hectáreas de bosques en el centro y el noreste de Rumanía a Greengold Europea de Capital AB de Suecia, cuyo valor si bien no fue comunicado, se estima que pudo superar los 100 millones de Euros. Lo curioso de esta operación es que sería la primera vez que la empresa gestionará directamente una operación forestal, aunque ya había comprado bosques en Estonia, Lituania y Letonia que no están en producción por ahora.

Los objetivos de esta adquisición serían los siguientes:

• Diversificar sus activos e inversiones en energías renovables y biomateriales.
• Asegurar el acceso a la materia prima a bajo precio, en un contexto donde los precios de la madera están al alza.
• Integrarse verticalmente hacia atrás para poder optimizar el uso de la madera en sus diseños.
• Incrementar el uso de madera reciclada o certificada por el Forest Stewardship Council, un grupo sin fines de lucro que promueve la gestión forestal responsable. Actualmente, solo el 50% de la madera que usa cumple con estos criterios.
• Reducir su dependencia de madera de bosques sobre cuyo manejo no puede garantizar que sean sostenibles, como los de Rusia, China y Polonia donde ya ha tenido problemas con los organismos de administración forestal porque se tratan de bosques de alto valor de conservación.

Si bien IKEA está realizando modificaciones en sus diseños para reducir el uso de madera en sus muebles, con el nivel de ventas que tienen actualmente utiliza aproximadamente 530 millones de pies cúbicos de madera en rollo cada año.

No obstante, la empresa es pionera en el uso de madera de colores que no son usadas convencionalmente, de chapas sobre tableros para dar sensación de que se trata de madera sólida, en el aprovechamiento de hojas de aglomerado y de tableros con cuyas densidades juega de acuerdo a los diseños de los muebles que fabrica con el fin de reducir el uso de madera sin perjudicar la seguridad estructural de los productos, entre otros.

Imaginen si alguna vez, nuestro país fuera capaz de atraer a una empresa como IKEA para que invierta en nuestros bosques, a cambio de transmitir ese conocimiento que desarrolla todo el tiempo para aprovechar la madera de la forma más sostenible posible. Esto no es imposible, pero se requeriría una Proinversión modernizada para promover este tipo de inversiones, de la mano con estrategias regionales más agresivas para poder hacer más atractivas este tipo de operaciones.

Soñar con que se implemente reformas de esta naturaleza no es inviable.