HISTORIAS
Robot que quería hacer amigos acabó en pedazos
Un inocente tweet desde la cuenta de @hitchBOT, daba cuenta de que el robot autoestopista (porque pedía que lo llevaran gratis en las carreteras), tuvo que interrumpir su viaje debido a que un vándalo que lo recogió en Filadelfia lo despedazó hasta dejarlo inservible. Su tweet del 1 de agosto decía: "Mi viaje debe llegar a su fin, por ahora, pero mi amor por los seres humanos nunca se desvanecerá".
HitchBot no era cualquier robot: podía comunicarse y conversar con las personas que lo recogían en ingles y alemán, pero no tenía autonomía para movilizarse. Por eso dependía de quienes acudían a su llamado para que lo subieran a los autos, le pusieran el cinturón de seguridad y aprovechara los tramos de viaje para cargar sus baterías. Portaba también un GPS que permitía seguir su ruta en directo a través de su página web www.hitchbot.me y una cámara fotográfica con la cual podía captar imágenes cada 20 minutos para documentar su viaje.
Hitchbot ya había hecho autostop en Canadá, Alemania y Holanda donde fue a una boda, estuvo con un grupo de heavy metal y participó en una convención de cómics. Recién el 17 de julio había empezado el sueño americano en la ciudad de Salem portando un letrero que decía: "A San Francisco o nada", lo que implicaba que estaba dispuesto a recorrer el país de costa a costa.
Sin embargo, luego de haber avanzado unos kilómetros, fue recogido por un muchacho con quien habría visitado algunos lugares conjuntamente con otras personas. Lamentablemente, este luego lo despedazó sin piedad para dejarlo abandonado.
Su cuenta de Facebook ahora tiene un anuncio que confirma la cancelación de la aventura en suelo americano diciendo: "Vaya, mi cuerpo ha sido dañado, pero sigo viviendo con todos mis amigos. ¡A veces a los robots buenos les pasan cosas malas!".
Para los ingenieros canadienses que están detrás del experimento, este no era de naturaleza tecnológica sino social. De lo que se trataba era ver cómo se relacionaban la máquina y las personas. Por eso, las fotos que colgaban en las redes sociales eran las de las personas que se retrataban junto al robot, antes que las que sistemáticamente tomaba HitchBot. Incluso la imagen de los restos del robot que enviaron a los ingenieros fue tomada por alguien que finamente se compadeció del robot.
Sus desarrolladores prefieren que los niños que conocieron a HitchBot lo recuerden como lo vieron y por eso no han colgado una foto del estado en el que quedó. Ojalá que HitchBot vuelva a estar pronto en las carreteras y que algún día venga por Perú para mostrarle lo amables que somos con los visitantes, incluyendo a los robots. ¿A ti qué parte del Perú te gustaría mostrarle?
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