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Las bebidas preferidas varían según el continente

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Las bebidas azucaradas son más preferidas en América del Norte y predominantemente son consumidas por los más jóvenes.
07 de agosto de 2015
Red star
Por qué es importante
Las políticas nutricionales pueden fortalecerse a través de un mejor conocimiento de las preferencias de consumo de bebidas saludables y no saludables.

Hay un dicho popular que dice sobre gustos y colores no han escrito los autores, y parece que es aplicable literalmente a las bebidas que consume la población mundial. Al menos ese es uno de los principales resultados de un reciente estudio denominado Global, Regional, and National Consumption of Sugar-Sweetened Beverages, Fruit Juices, and Milk: A Systematic Assessment of Beverage Intake in 187 Countries y realizado por expertos de la Escuela Friedman de Nutrición y Ciencias Políticas en la Universidad de Tufts (Estados Unidos), el cual acaba de hacer posible comparar los niveles de consumo de bebidas azucaradas, jugos de fruta y leche, algo que hasta ahora había resultado sumamente complicado por la insuficiencia de datos comparables por país, edad y sexo.

A nivel general, se puede decir que hay bastante heterogeneidad en el consumo de cada bebida por región y edad, mas no por sexo. Los resultados muestran que:

  • las bebidas azucaradas se consumen más en América del Norte;
  • los jugos de fruta, son los preferidos en Australia;
  • la leche es la preferida en el norte de Europa y en América Latina;
  • el consumo de las tres bebidas anteriores fueron muy bajos en el Este de Asia y Oceanía, donde prefieren el té y las bebidas de soya.
  • en cuanto al consumo de las bebidas por edades, se encontró que los adultos más jóvenes suelen tomar más gaseosas, mientras que a mayor edad consumen más leche. 

El estudio tuvo como objetivo cuantificar los niveles de consumo de jugo de fruta, bebidas azucaradas y el consumo de leche por edad y sexo en adultos mayores de 20 años en 2010. Como se sabe, todas estas bebidas son de gran interés para las políticas de sanidad pública por el impacto que pudieran tener su consumo deficiente o en exceso en la salud.

La metodología se basó en la obtención de datos de 193 encuestas de consumo, por edad y sexo. Esta información fue complementada y contrastada a partir de un modelo jerárquico bayesiano que permitiera armonizar los datos de las encuestas con los correspondientes al consumo de leche, jugos de frutas y bebidas azucaradas disponible para 187 países de la información anual de balance de alimentos recogidas por la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas entre 1990 y 2010 y que son representativas a nivel nacional.

La bondad del análisis es que pone en evidencia la variedad de bebidas que se consumen en todo el mundo, y permite identificar dónde es necesario mejorar las políticas relacionadas con la nutrición para evitar impactos negativos.