IDEAS
Los equipos donde hay tanto introvertidos como extrovertidos son mejores
Por muchos años, los introvertidos en el trabajo han sido incomprendidos, infravalorados y, casi siempre, opacados por figuras de colegas extrovertidos. También en muchas ocasiones han sido el blanco de bromas en el trabajo que generalmente aceptaban con buen humor. Sin embargo, ahora no solo están surgiendo sino que se han puesto de moda. En gran parte, esto es resultado del hecho de que son precisamente los introvertidos los que están creando las fortunas más grandes del mundo con su talento para las matemáticas y la programación de software tanto en el mundo de las finanzas como en la industria tecnológica. La tortilla parece habérsele volteado a los extrovertidos.
No cabe duda que los introvertidos son más reflexivos, con frecuencia razonan mejor y aceptan a los demás con mayor facilidad. Tampoco está en duda que no les importa ser el centro de la atención y además que son capaces de abrir espacio para que personas con mejores ideas que las suyas destacan pues la competencia no les llena de adrenalina. Por ello es que quizás los introvertidos sean considerados además, las pesonas indicadas para liderar equipos de personas proactivas.
Sin embargo, los extrovertidos son generalmente aquellos encargados de abrir trocha en el duro camino de los negocios. Son, por ejemplo, los vendedores que no dejan de persistir aunque les hayan negado una compra varias veces. Son los que son capaces de dar la cara cuando hay que dar malas noticias y son también aquellos capaces de cultivar relaciones que no tienen un significado comercial hoy pero que lo puede tener en algunos años. También son curiosamente los más grandes defensores de los introvertidos. Y por todas estas razones son extremadamente útiles en los equipos de trabajo.
Por ello es que lo que recomiendan los expertos en recursos humanos es formar equipos compuestos por un mix de introvertidos y extrovertidos que aprovechen lo que los académicos llaman “la complementariedad dominante”. Hacen falta extrovertidos que motiven a los introvertidos a conseguir resultados extraordinarios y también hacen falta introvertidos que mantengan a los extrovertidos con los pies bien puestos sobre la tierra. Por ejemplo, el introvertido Bill Gates seguramente no habría podido hacer solo Microsoft sin un extrovertido como Steve Ballmer. ¿No crees?
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