IDEAS
El impuesto (negativo) para la desigualdad
La desigualdad se ha puesto de moda: no solo ya no es más considerada un problema social sino que ha sido calificadad por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como un problema macroeconómico. Además, gracias a este hecho, un libro de más de 700 páginas de Thomas Piketty (libro sobre el que muchos comentan pero que pocos han leído realmente) se convirtió en un bestseller.
Sobre la desigualdad, sin embargo, las discusiones más frecuentes son sobre cómo medirla y cuáles son sus causas. En contraste, las propuestas para reducirla o resolverla que se discuten son pocas.
La primera y la más conocida es la del mismo Piketty, quien propone un impuesto a la riqueza.
Recientemente, Manuel Escudero, director del Centro Global para Negocios Sostenibles del Deusto Business School ha lanzado una propuesta diferente para España, también vinculada al ámbito tributario.
Se trata de un impuesto negativo a la renta que generaría un derecho a recibir del Estado un pago a todas aquellas personas que ganen menos que el monto mínimo exento de pago de impuesto a la renta que, en el Perú, asciende a 7 Unidades Impositivas Tributarias (UIT) o S/.26,950.
Según la propuesta de Escudero, a una persona que gana S/.15,000, se le debería aplicar un impuesto negativo a S/.11,950 (la diferencia del monto entre los S/.15,000 y los S/.26,950). Si ese impuesto negativo se fijara, por ejemplo, en 20%, esta persona recibiría S/.2,390 anuales. Con esto, su ingreso anual se incrementaría en 16%. Este impuesto negativo tambien operaría como una subvención al desempleo que, en el caso de nuestro ejemplo, sería de S/.5,390 anuales (o el 20% del tramo exento).
Según Escudero, las ventajas del impuesto son varias: para comenzar, es de simple aplicación, no desincentiva la búsqueda de empleo y hasta podría promover la autodeclaración de ingresos. De acuerdo con sus estimados, un sistema así beneficiaría a 12.2 millones de personas en España y su costo sería de alrededor de 12,300 millones de euros. Sin duda, se trata de un presupuesto enorme.
Quizás la principal ventaja del sistema propuesto por Escudero es que conecta la capacidad de generar ingresos de las personas (y su deber de declararlos) con la ayuda del Estado.
En Perú y la gran mayoría de países en desarrollo, las agencias de recaudación tributaria no tienen ninguna relación con las que otorgan transferencias monetarias a la población, perdiendo así la posibilidad de articular políticas que permitan incrementar los ingresos de las personas de manera que la dependencia de las transferencias se reduzca y que los programas de transferencias monetarias no tengan que durar para siempre.
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