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Edmund Halley hizo algo más importante que darle nombre a un cometa

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EDMUND HALLEY NO DESCUBRIÓ AL COMETA QUE LLEVA SU NOMBRE PERO SI ESTUDIÓ SU TRAYECTORIA Y PREDIJO EXITOSAMENTE SU PASO 76 AÑOS DESPUÉS.
24 de agosto de 2015
Red star
Por qué es importante
La publicación de la obra científica más importante de la historia se produjo gracias a la amistad y apoyo de Edmund Halley hacia Isaac Newton.

El astrónomo inglés Edmund Halley hizo muchas cosas, tales como estudiar sobre el magnetismo e inventar la tabla actuarial. Sin embargo, uno de los principales motivos por los cuales se le recuerda, además del cometa que lleva su nombre, es por su relación con el genio Isaac Newton y su participación en la publicación de los Principia, quizás la obra científica más importante de la historia. 

En 1683, se encontraban reunidos en una cafetería londinense Halley, el científico Robert Hooke y el arquitecto Christopher Wren. Mientras cenaban, trataron el tema del movimiento de los planetas. Todos estaban de acuerdo en que la fuerza de atracción entre los planetas y el Sol disminuía de forma inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre ellos. Sin embargo, ninguno podía demostrar por medios matemáticos qué curva describiría los planetas alrededor del Sol dada la condición mencionada.

De pronto, la conversación derivó en una apuesta. Wren ofreció un premio de 40 chelines a quien aportara una solución en los próximos dos meses. Hooke aseguró que tenía la solución el problema pero se negó a compartirla y no dio evidencia de tenerla en el plazo acordado. Halley tampoco llegó a la solución, y al año siguiente viajó a Cambridge a solicitar la ayuda del genio Isaac Newton, un personaje raro pero brillante, con el cual ya había tratado. Entre varias peculiaridades de Newton, se cuenta la creación del cálculo debido a las limitaciones que encontró en las matemáticas tradicionales.

Newton recibió a Halley en Cambridge, donde conversaron largamente hasta que Halley se animó a hacerle la consulta sobre la curva que describirían los planetas según la ley del cuadrado inverso. Casi sin pensarlo, Newton contestó que sería una elipse. Halley, asombrado y muy contento, le preguntó cómo lo sabía. Newton respondió, “Porque lo he calculado”. Halley le pidió ver el cálculo, y Newton lo buscó entre sus cosas, pero no lo encontró. Ante la insistencia de Halley, Newton se comprometió a rehacer los cálculos y publicar un artículo con los resultados.

Newton fue más allá de lo que le había solicitado Halley. Dos años de trabajo dieron como fruto la obra científica quizás más importante de la historia: los “Principios matemáticos de filosofía natural”, obra también conocida como los “Principia” por su nombre completo en latín (Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica). La base de los Principia son las tres leyes del movimiento y la ley de la gravitación universal, esta última considerada como la primera ley universal de la naturaleza identificada por el hombre. En esta obra, Newton ponía fin a la duda de Halley, explicando matemáticamente las órbitas de los planetas y al mismo tiempo identificando a la gravedad como la fuerza de atracción.

Halley desempeñó un rol de crucial importancia en la publicación de los Principia. Cuando Newton tuvo una disputa con Hooke con respecto a la ley del cuadrado inverso, el genio de Cambridge se negó a publicar el tercer volumen. Halley tuvo que hablar bien con su amigo Newton para convencerlo. Asimismo, la Real Sociedad, encargada de publicar la obra, enfrentó dificultades económicas debido al fracaso del título “La historia de los peces”, por lo que se negó a publicar los Principia. Halley, quien trabajaba para la Real Sociedad, tuvo que financiar él mismo la edición del libro, e incluso tuvo que aceptar ejemplares de la “La historia de los peces” como pago de su salario.

Gracias al apoyo de Halley, el mundo pudo conocer las leyes de Newton y la ciencia fue llevada un paso más allá. El impacto de la publicación de los Principia fue tal que incluso la misma forma del mundo cambió. El estudio de la Teoría de Newton reveló que la Tierra no era redonda como se asumía hasta entonces, sino de hecho ligeramente achatada en los polos y ensanchada en el ecuador.