TENDENCIAS
Los peligros del Big Data
El Big Data ha llegado para transformar todas las industrias, sin importar su tamaño, sea que estas consideren que la tendencia es importante o no. Todas las industrias son reinventadas a través de la tecnología y las herramientas del Big Data: el comercio, la agricultura, la salud e incluso el gobierno. El poder de recolectar, almacenar de forma indefinida y procesar infinitas cantidades de información tiene un gran impacto positivo en todos los sectores. Sin embargo, según un artículo en Forbes, este poder debe ser usado con cuidado.
Según el artículo mencionado, el uso del Big Data puede traer resultados indeseados, y las consecuencias podrían permanecer dormidas por muchos años e incluso generaciones. De hecho, el Big Data ya representa problemas para muchos de sus usuarios, los primeros entusiastas de la tendencia e incluso aquellos que no son conscientes de ella.
Para empezar, gracias a la ubicuidad de Internet y a las tecnologías que permiten almacenar enormes cantidades de datos de forma económica, fácil e indefinida, nuestra información personal se encuentra disponible en los lugares menos pensados. Muchas veces nuestra información llega a aquellos lugares porque nosotros la hemos proporcionado de forma voluntaria, pero no siempre es así. En la red abundan diversas trampas que buscan hacerse con nuestra información personal, tales como malware y diversas formas de scam: príncipes nigerianos, loterías del Banco Mundial, falsas encuestas, etc. Somos objetivos fáciles debido a la inmensa cantidad de información que ponemos a disposición de toda la Internet.
Sin embargo, no es solo Internet en donde se trafica con nuestra información personal. Nuestros datos son recolectados también cuando no estamos conectados, y no necesariamente con malas intenciones. Negocios sin ningún interés por perjudicar a las personas, tales como bancos, aseguradoras y clínicas, almacenan datos personales nuestros, tales como números telefónicos, fechas de nacimiento, direcciones y números de identidad. Hasta ahí todo está bien, puesto que nosotros de forma voluntaria entregamos aquellos datos.
El problema está en que estos negocios probablemente estén expuestos a una brecha de información. Un hacker, ya sea una persona o una institución, solo necesita acceso a un dispositivo vulnerable que esté conectado y obtendrá acceso a la red corporativa. El robo de información no necesariamente tendrá consecuencias inmediatas (incluso podrían no detectar el ataque), ya que el hacker puede almacenar los datos personales robados el tiempo que desee y recién aprovecharlos años después del robo. Estos datos comprometidos seguirán existiendo en manos de los hackers y fuera del alcance de las empresas con las cuales los compartimos voluntariamente, incluso si estas tratan de resarcirte por el robo. Y los datos están esperando el momento en que se le dé uso, así sea inmediatamente o dentro de 40 años.
Actualmente, la empresa almacena datos personales y, cuando la persona solicita eliminar estos datos, la empresa le pide confirmación. En última instancia, no hay ninguna razón por la cual las empresas deban almacenar los datos personales sin pedir permiso a la persona. Brindamos abiertamente nuestros datos personales mientras esperamos beneficios por ellos que quizás jamás se manifiesten. Debería haber una cultura de transparencia: las personas deberían conocer en dónde se almacena su información, hacia dónde es enviada y cuándo.
Publicar un comentario