El enemigo número 1 del despilfarro

Si tienes 10 minutos este fin de semana, no deberías dejar de ver el video que te resumimos en esta nota pues puede cambiar tu vida. Se trata de una entrevista a José Mujica, quien hasta marzo del presente año fuera presidente de Uruguay, en la que defiende ardorosamente la necesidad de darle la espalda al mundo del despilfarro.

En un lenguaje muy sencillo, Mujica hace una apología, no de la pobreza, sino de la sobriedad, en la que nos invoca a aprender a vivir con poco. 

Si no aprendemos a vivir con poco y nos abocamos a trabajar sin descanso para acumular dinero y poder consumir más, lo que habremos hecho es sacrificar nuestra vida (y los momentos importantes de esta) para tener aquello que quizás no necesitemos. Cuando compramos algo, dice Mujica, pensamos que lo hacemos con dinero. Sin embargo, lo hacemos con nuestra vida, con tiempo que dedicamos a ganar dinero en lugar de enfocarnos en lo que realmente nos importa o alimenta.

Para Mujica, incluso si hemos tenido el privilegio de heredar riquezas de nuestros padres o abuelos, si optamos por una vida llena de lujos en la que seamos atendidos permanentemente por sirvientes, estaremos haciendo que haya sido en vano todos los sacrificios que hicieron los que lucharon por un mundo en el que todos seamos iguales.

Ver el video de Mujica no es solo una buena idea por su poderoso mensaje sino también por tratarse de un hombre, que fue campesino, pasó casi una década en la cárcel y luego alcanzó la presidencia de su país. 

Durante sus 5 años de gobierno, Mujica se mantuvo alejado de los privilegios de celebridad a los que los jefes de Estado suelen estar acostumbrados, se mantuvo en contacto directo con la población y realizó una gestión marcada por la honestidad, la justicia y el respeto a la libertad de los ciudadanos. Gracias a este comportamiento, terminó su mandado como uno de los líderes políticos más populares del mundo. 

No te culpamos si piensas que el ejemplo de Mujica es una gota de agua en un océano. La mayoría de políticos no son como Mujica. Sin embargo, quizás no hagan falta que existan para que cambie el mundo. Quizás lo podamos conseguir todos si cada día siguiéramos un poco más los consejos de Mujica. Esta es una noticia esperanzadora.