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Una buena razón para que tus hijos practiquen artes marciales

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CADA VEZ HAY MÁS PSICÓLOGOS DIAGNOSTICANDO TRANSTORNOS DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD EN NIÑOS.
28 de septiembre de 2015
Red star
Por qué es importante
Las artes marciales pueden jugar un rol muy importante en formar el carácter de los niños.

Cada vez más padres y maestros se quejan de la forma en que los niños, púberes y adolescentes les responden, contrastando esta irreverencia en actitudes con la forma y el tiempo en que ellos fueron educados, cuando si bien no era impensable, era menos frecuente que los más jóvenes faltaran el respeto a las personas mayores en general.

Obviamente, es fácil concluir que detrás de esas actitudes de los hijos hay falta de autoridad, comunicación, respeto, consideración y disciplina. Tampoco es difícil suponer que las señales del deterioro de la relación hijos-padres e hijos-maestros, se producen casi de forma simultánea. Esto significa que cuando se presentan en casa, también lo hacen en la escuela.

Una posición distinta es la de los padres y maestros más influidos por los nuevos modelos educativos que promueven una mayor tolerancia y una educación más libre que permita que los más pequeños formen su personalidad, lo cual por supuesto es favorable.

Sin embargo, claramente hay algo que no está funcionando. Cada vez hay más psicólogos diagnosticando Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad y llegando hasta a recomendar tratamientos con drogas. Paralelamente, la sociedad celebra ejemplos de mano dura en el liderazgo de equipos de jóvenes como ocurre en el vóley, señalando que eso es lo que se necesita: mano dura.

¿Qué hacer cuando parece que estamos perdiendo el control sobre los hijos?

El maestro Ichikawa Yasuhiro Soke decía que "es el paso constante del agua en el río lo que transforma la piedra áspera en guijarro" refiriéndose a las artes marciales que practicaba.

Y es que en Japón, las artes marciales se conocen como Budo y su esencia es negar la existencia de la lucha, lo cual significa que no hay enemigo externo, sino solo el interno que es el propio ego de las personas. Gracias a este principio es que las artes marciales son una herramienta educativa para evitar todo aquello que afecte la paz espiritual y el control de la energía.

Un buen practicante de esas artes refleja ese espíritu en el poder de su mente y en su grandeza de corazón que lo motiva a respetar la naturaleza, abandonar los pensamientos de victoria, derrota, fortaleza y debilidad y lo hace más sensible hacia todo lo que lo rodea. En ese proceso, el practicante de artes marciales adquiere mayor confianza en sí mismo, respeto y disciplina gracias a la figura del sensei y la jerarquización entre las personas según el tipo de graduación que tienen.

Las artes marciales ayudan a formar el carácter de forma armoniosa, buscando un equilibrio entre lo intelectual, lo físico, lo espiritual y la voluntad, con el fin de que los practicantes de estas artes sirvan a la sociedad en la que viven.

Así que no sería mala idea que los colegios introdujeran talleres de artes marciales y los padres no descarten la posibilidad de convertirse y convertir a sus hijos en practicantes de artes marciales, con el fin de luchar contra nuestros enemigos internos que a veces impiden estar en armonía y equilibrio en la propia familia.