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Cuando beber vino es mejor que agua
¿Alguien puede creer que exista alguna bebida que pueda ser más saludable que un vaso de agua fresca? Probablemente no. Sin embargo, un nuevo estudio plantea que para los pacientes que sufren de diabetes tipo 2, una copa de vino con la cena podría ayudar a metabolizar mejor la glucosa, ser mejor para el colesterol y también ayudar a dormir mejor.
Se trata del estudio denominado Effects of Initiating Moderate Alcohol Intake on Cardiometabolic Risk in Adults with type 2 Diabetes, elaborado por un grupo de de investigadores de Israel, Suecia, Alemania y los Estados Unidos, quienes realizaron una prueba con pacientes con diabetes mellitus tipo 2 que eran abstemios al alcohol al inicio del estudio.
Los investigadores trabajaron con 224 pacientes respecto de los cuales tenían datos de seguimiento a 1 o 2 años. Se les dio aleatoriamente 150 ml de agua mineral, vino blanco y vino tinto por 2 años. Además, se les indujo a seguir una dieta mediterránea sin restricción calórica con el fin de que el único elemento diferenciador sea el consumo de vino blanco, tinto o agua.
Durante el proceso de seguimiento, se midió la presión arterial, los biomarcadores del hígado, la medicación administrada, y se observó la calidad de vida de los pacientes.
Los resultados mostraron que los pacientes que tomaron vino (y sobre todo los que lo bebieron tinto que tiene más compuestos fenólicos de origen vegetal como el resveratrol y quercetin) no solo tuvieron un sueño de mejor calidad, sino que tuvieron mejor control glucémico, una mejora significativa en su colesterol HDL (colesterol bueno que proteger al corazón) y una mejora en su metabolismo de la glucosa.
Esto confirma a nivel de las interacciones genéticas que el etanol juega un papel importante en el metabolismo de la glucosa, con lo cual beber una copa de vino al día, tiene beneficios para las personas que sufren de diabetes tipo 2, además de mejorar su salud cardiaca y controlar el colesterol.
De acuerdo al estudio, los diabéticos que bebieron agua mineral cada noche, presentaron mayores síntomas del síndrome metabólico (hipertensión, exceso de grasa abdominal, alto nivel de azúcar en sangre) al término de dos años que los que bebieron vino tinto.
Eso sí, se trata de una conclusión a partir del análisis de los efectos del consumo moderado diario de vino, esto es, no más de una copa por día.
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