PERSONAS
Intervención en Siria afecta popularidad de Putin
A pesar de las expresiones de preocupación de Estados Unidos y sus aliados, y de las conversaciones que sostuvo con el presidente estadounidense, el presidente ruso Vladimir Putin ha consumado su intervención militar en Siria. De igual manera que lo ocurrido en Ucrania por la anexión de Crimea, parece que Rusia tiene la capacidad de tomar medidas de alcance global sin tomar en cuenta las voces contrarias de la comunidad internacional. Sin embargo, estas voces no solo vienen de afuera.
De acuerdo con un artículo publicado en Vox, Putin se enfrenta a un gran problema por su rol en el conflicto de Siria, el cual ha pasado desapercibido debido a que el mundo occidental se ha centrado más en la condena a la intervención militar: la intervención no tiene el respaldo del pueblo ruso. A pesar de lo que un observador externo hubiera podido pensar, el apoyo de la población rusa a la intervención de su país en Siria no goza de apoyo absoluto. Esto contrasta con la abrumadora respuesta positiva de la población a la intervención rusa en Ucrania.
Esto es un problema para Putin, porque su vigencia política depende en gran medida de su popularidad personal. De acuerdo con una encuesta reciente del Centro Levada (Левада-Центр), un instituto de investigación independiente con sede en Moscú, solo una pequeña minoría de rusos está de acuerdo con el apoyo militar directo al régimen del presidente sirio Bashar al-Assad. Solo el 39% de los encuestados respondió que apoyaban a la política de Rusia hacia el régimen de Assad. Cuando se les consultó qué es lo que Rusia debía hacer por Assad, el 69% de los encuestados se opuso a una intervención militar directa. Solo un 14% de los encuestados contestó que Rusia debía enviar a Siria tropas u otro apoyo militar directo.
Putin es consciente de la preocupación de la población rusa por su rol en el conflicto sirio. Esto es lo que se puede concluir tras el anuncio del Kremlin que solo enviará voluntarios a Siria y no conscriptos, y que la intervención militar consistirá solo en ataques aéreos. De esta forma, el gobierno ruso busca disipar la preocupación de la población de que sus soldados sean heridos en una guerra en tierras lejanas, tal como ocurre con las fuerzas armadas estadounidenses.
La baja popularidad de la intervención rusa en Siria es solo un problema. La economía rusa ya está en problemas y una nueva guerra será una carga muy cara. La popular intervención en Ucrania permitió al gobierno ruso sobrevivir a los problemas económicos de 2014, sin embargo también resultó en sanciones a Rusia, lo cual molestó a las clases altas. Si esta intervención convierte a las fuerzas rusas en el objetivo de ataques terroristas, o estos son perpetrados en territorio ruso, la respuesta de la opinión pública será mucho más grave para Putin.
Putin se enfrenta a una disyuntiva: recuperar la popularidad del público en general o recuperar el apoyo de las clases altas, algo vital para su régimen. Si Putin logra mediante la intervención en Siria forzar a que Estados Unidos y sus aliados levanten la sanción, podrá recuperar el apoyo de la élite; sin embargo, esto no es seguro. No obstante todo ello, la popularidad del líder ruso sigue en las nubes y estos problemas no bastan para poner un fin al gobierno de Putin.
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