Para nadie pasa desapercibida la mayor presencia de cadenas de café en el Perú, con enseñas transnacionales y nacionales, que proveen de una selección de bebidas a base de café. Solo en el primer caso, ya hay más de 70 tiendas de una conocida franquicia desde que abrieron la primera vez en 2003. Esta circunstancia permite deducir que hoy en día, hay un mayor consumo de café en el Perú.
Algo similar parece haber ocurrido en el mundo y principalmente en los países emergentes y en vías de desarrollo, donde el crecimiento de la demanda de café se ha expandido.
Por eso son tan relevantes los pormenores de la reunión del Global Coffeee Forum en Milán, coincidiendo con la Expo Milán, donde productores, funcionarios de gobiernos y representantes de la industria analizaron las perspectivas del mercado del café a la luz de tres condicionantes: la caída de precios que desincentiva el aumento de la producción y los efectos del cambio climático por un lado, y el crecimiento del consumo por el otro.
Para Andre Illy, el CEO de Illycafe SpA, y el presidente de la International Coffee Organization, y uno de los expositores más comentados, al ritmo que crece el consumo, se requerirá producir a fines de siglo, unas dos o tres veces más café que ahora. La mejor evidencia es lo que ocurre este año que es probable que se cierre con un déficit de 3,5 millones de sacos y el año pasado fue de 6,4 millones de sacos. Para Illy, el problema es que los grandes productores como Brasil, están siendo afectados por las altas temperaturas y por la falta de suelo adecuado para la producción.
Las proyecciones de crecimiento fueron realizadas por Michael Neumann, presidente de la alemana Neumann Kaffee Gruppe, quien estimó que al 2030 el consumo de café sería de 200 millones de sacos.
Entre las opciones que existen para afrontar el déficit de producción está que los agricultores aumenten su productividad y eso pasa por tratar que países como Brasil, Nicaragua, El Salvador y México aprendan a adaptarse a los desafíos del clima, usando variedades más fuertes; o, trasladarse a otras regiones menos vulnerables a temperaturas altas y a mayor altitud.
Mientras eso ocurre, en un contexto de mayor demanda, los precios podrían incrementarse y los peruanos, como los norteamericanos y europeos, tendremos que pagar más por disfrutar del inconfundible aroma de un buen café. Hay que estar atentos.
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