El porqué lo saludable puede engordar

Los investigadores de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania nos han descubierto a todos. Tras colocar un sistema de monitoreo a los carritos de compra de más de 1,000 compradores, encontraron que por cada brócoli o tofu que añadimos a nuestro carrito de compra, es más probable que luego le pongamos helado, cerveza o quizás un poco de embutidos. Es decir, mientras más saludables sean los productos que compremos, más ganas tendremos de poner otros que no lo sean tanto. Algo similar ocurre cuando luego de una intensa sesión de ejercicios crees que te mereces ese pedazo de torta de chocolate.

¿Por qué pasa esto? Los psicólogos le llaman el “efecto de la licencia” y señalan se trata de una característica que opera dentro de las personas incluso cuando no se dan cuentan. La primera investigadora en documentar este efecto fue Uzma Kahan, quien en 2006, señaló que nuestras elecciones son contingentes. Es decir, en la medida que todos tenemos una idea relativamente clara de cuán buenos o malos, saludables o no saludables, o egoístas o altruistas, somos, cada vez que tomamos una decisión que nos aleja de este perfil tratamos de tomar una decisión que nos regrese a ese punto.

Por eso es que cuando vas a comer a la calle te pides el apanado a lo pobre acompañado de una bebida dietética o que acompañes tu cheeseburger con extra tocino con una porción de ensalada. Por eso también, si consumes vitaminas pienses que puedes elegir luego las opciones menos saludables del menú sin problemas. 

De hecho, un experimento realizado en Taiwan demostró precisamente esto. A un grupo de participantes se les dio una píldora diciéndoles que era un placebo y a otro grupo se les dio el mismo placebo pero diciéndoles que se trataba de un multivitamínico. Luego a ambos grupos se les sometió a una serie de pruebas. Los resultados fueron sorprendentes: por ejemplo, los del segundo grupo elegían siempre las rutas más cortas y preferían los almuerzos “all you can eat” sobre la opción orgánica. Además, expresaban mayor deseo por actividades placenteras como tener sexo casual, tomar sol o beber en exceso. Entre los del segundo grupo, si es que eran fumadores, se registró un mayor consumo de cigarrillos.

Estos resultados quieren decir que las personas tenemos esta tendencia natural a engañarnos a nosotros mismos. El riesgo de hacerlo, cuando nuestra salud está en juego, es grande. ¿Entonces qué podemos hacer para cambiarlo?

A continuación, tres tips recomendados por los expertos:

• Primero, fíjate como objetivo vivir una vida saludable en lugar de ser saludable. Es decir, no te fijes como objetivo bajar de peso sino vivir una vida saludable. Así, probablemente baje de peso más rápido y evites el efecto rebote.
• Segundo, trata de analizar cada una de tus decisiones de manera aislada de manera que sepas qué es exactamente lo que estás haciendo y no te engañes a ti mismo pensando que compensarás mañana lo que haces hoy. Dile adiós al “mañana empiezo la dieta”.
• Tercero, concéntrate en la receta de siempre porque para vivir una vida saludable no hay caminos cortos: ejercítate con regularidad, come sano y duerme bien.