Mezclar café con trago es mala idea

En medio del boom gastronómico que vive el país, comer fuera de casa se ha convertido casi en el principal deporte nacional, lo que explica que el 33% del gasto en alimentos de los hogares de Lima se destine a comer fuera de casa (INEI).

La industria de la gastronomía tiene la bondad, además, de promover encadenamientos con otros negocios como el de las bebidas que acompañan a la oferta gastronómica, tanto las que no tienen alcohol como las que sí lo tienen. Eso explica también el crecimiento del mercado de la cerveza, el Pisco y del vino y otras bebidas espirituosas que el boom gastronómico ha impulsado.

Resulta fácil presumir que hoy en día los peruanos suelen acompañar sus comidas fuera de casa con alguna de esas bebidas, y dependiendo del día o la celebración, mezclar bebidas o tomar más de una copa de la misma.

Como resultado de ello, y luego del disfrute, se aprovecha el postre para pedir una buena taza de café, con el ánimo de recuperar el estado de alerta necesario para regresar a casa o al trabajo.

Lo que no se sabía hasta ahora es que combinar el trago con el café no es la opción más inteligente. Esa es la conclusión a la que ha llegado el doctor Robert Swift, director asociado del Brown University’s Center for Alcohol & Addiction Studies. ¿Por qué? Porque la cafeína solo engaña al cerebro.

Cuando se bebe alcohol, el cerebro recibe mayores niveles de dopamina para sentirse bien y relajado, mientras esta misma produce  una sustancia química llamada AMP cíclico (Adenosín monofosfato cíclico) que pone al cerebro más activo. Por eso, las personas se ponen más divertidas, están más felices, habladoras y llenas de energía. Sin embargo, al cabo de un rato, las propiedades sedantes del alcohol surten efectos y se liberan otros neurotransmisores que hacen que las personas se sientan cansadas y que sus reacciones sean más lentas.

Cuando eso ocurre, combinar este proceso interno que se ha producido por el alcohol con una taza de café, lo único que hace es retrasar el momento en que se empieza a sentir los efectos sedantes de este, aunque ya hizo a su cerebro más lento porque está en la sangre.

De acuerdo a Swift, hay dos indicadores que pueden confirmar su recomendación.

• El rebote energizante: llega a casa luego de haber combinado alcohol y café, y luego de haberse quedado dormido, se despierta luego de unas horas y le será difícil volver a dormirse.
• La deshidratación: el alcohol y la cafeína lo harán sentirse al día siguiente más agotado de lo habitual porque ambos tienen efecto deshidratante.

Así que ya lo sabes, la próxima vez que tomes una copa, no la combines con café pensando que te despertará pues este efecto será solo momentáneo.