IDEAS
Los desafíos de las aulas multiedades a nivel preescolar
En muchos lugares de América Latina, sobre todo en las zonas rurales, predomina lo que se llaman las escuelas unidocentes, donde niños de diferentes edades y grados académicos asisten a la misma clase con un solo profesor. En esos lugares, tampoco hay una oferta educativa pre escolar donde niños menores de cinco años puedan prepararse para su vida escolar.
Lo que no se sabía hasta ahora es que las aulas con niños de diversas edades, pueden terminar de perjudicar el crecimiento académico de los niños mayores, al menos a nivel preescolar.
Se trata de un estudio de la Universidad Estatal de Ohio, donde participaron investigadoras como Arya Ansari de la Universidad de Texas, Elizabeth Gershoff de la Universidad de Austin, y Kelly Purtell de la Universidad de Ohio, que llegó a la conclusión de que las aulas de Head Start (programa pre escolar federal para niños de familias de bajos ingresos desde 3 a 5 años en los Estados Unidos), pueden perjudicar el crecimiento académico de los niños mayores hasta en cinco meses.
Esta conclusión es importante porque desde 2009, el 75% de las aulas de Head Start son de edades mixtas. El resultado obedecería a que en estas aulas los niños mayores tienen menos apoyo para su aprendizaje académico que los niños más pequeños. Esto confirmaría los resultados de una evaluación nacional de 2010 del programa Head Start que lo calificó como moderadamente eficaz para ayudar al logro académico de niños de 4 años de edad.
Para llegar a esta conclusión, las investigadoras usaron datos de una encuesta a las familias y los niños a partir de una muestra representativa de 486 aulas en todo el país. El estudio incluyó a 2829 niños que fueron evaluados en 2009 y 2010 para determinar su progreso en la evaluación de las competencias lingüísticas y literarias, habilidades matemáticas, habilidades sociales y de comportamiento.
Los resultados mostraron que a mayor presencia de niños de 3 años de edad en las aulas, mayores los niveles de retraso en los niños de 4 años de edad, alcanzando este hasta los cinco meses de desarrollo académico. Por su parte, tampoco se observó que los niños de 3 años de edad hayan obtenido algún beneficio de compartir aula con los niños de 4 años.
Esto significa que las habilidades sociales o de comportamiento no mejoraron para ambos grupos y, en el caso, de los mayores, incluso los perjudicaron, lo cual sugiere que la interacción con menores no fue productiva para los mayores. Además, llama la atención sobre la necesidad de preparar mejor a los docentes que tienen a su cargo este tipo de aulas para ofrecer clases que sean capaces de captar la atención y estimular cognitivamente a los niños mayores, en la medida que no se puedan tener aulas por edades.
En el Perú, no se conocen esfuerzos similares de medición del impacto de las aulas unidocentes en el desarrollo cognitivo de los alumnos, pero sería interesante al menos explorar la posibilidad de trabajar con esos docentes toda una estrategia de estimulación por edades, que permita hacer lo más productiva posible la experiencia de compartir aula entre niños de diferentes edades.
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