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La bomba de tiempo de las bebidas energizantes
Cada vez es más frecuente ver a jóvenes y adultos con una bebida energizante en la mano. Por innumerables razones, su consumo se ha vuelto cotidiano y, para algunas, personas podría considerarse excesivo.
Precisamente este tema fue materia de la discusión anual de la American Heart Association en Orlando de la semana pasada, donde se anticiparon los resultados de un estudio liderado por la doctora Anna Svatikova, cardióloga de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, quien ha establecido que una bebida energética puede causar picos potencialmente dañinos en los niveles de la hormona del estrés y la presión arterial en adultos jóvenes y sanos.
El estudio, que aún no ha sido difundido, consistió en dar de beber a adultos jóvenes saludables (entre 26 y 30 años) una lata de 16 onzas de una bebida energética y evaluar cómo reacciona la hormona norepinefrina y la presión arterial. El resultado fue que la hormona se elevó 74% y la presión arterial aumentó significativamente en 6.4%. Luego de dos días, a esos mismos jóvenes les dieron a beber una bebida azucarada pero sin los estimulantes cafeína, taurina, guaraná, ginseng y extracto de cardo mariano, y registraron un incremento de solo 30%.
Lo que se pregunta la doctora Svatikova es que si estos resultados de producen en jóvenes saludables cuál será el efecto de estas bebidas en personas que ya tienen presión arterial alta o arritmias.
Como se sabe, las bebidas energéticas pueden contener hasta cinco veces más cafeína que una taza de café y el cuerpo normalmente libera norepinefrina en situaciones de lucha o huida de estrés extremo. La hormona aumenta la presión sanguínea y la capacidad del corazón para controlar la excitación, así como el estado de alerta en el cerebro.
Algunos de los participantes en la jornada de discusión señalaron que el hecho de que el consumo de estas bebidas no tenga límites les quita su condición de benignos. Sin embargo, otros señalaron que el estudio es muy pequeño por lo que es imposible lanzar cualquier tipo de advertencia.
Sin embargo, todos coincidieron que los médicos pueden considerar pedir a los pacientes cardiacos que dejen fuera de su dieta este tipo de bebidas.
La respuesta no se hizo esperar y la Asociación Americana de Bebidas emitió un comunicado rechazando las conclusiones, en la medida que la cafeína en las bebidas energéticas convencionales es aproximadamente la mitad de una taza de café de tamaño similar. Además, argumentan que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha establecido la seguridad de las bebidas energéticas y todas estas establecen la cantidad de cafeína que tienen y que su consumo no es apto para niños y personas embarazadas.
Mientras que se realizan nuevas investigaciones, no está demás no abusar de ellas para reemplazar una noche de buen sueño.
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