Los tres políticos que más influyeron sobre Bill Clinton

¿De quién obtiene consejo un político tan audaz como Bill Clinton? ¿De quién aprende? ¿Qué modelos de comportamiento se fija? Esta fue precisamente la pregunta que le hicieron al ex Presidente en una entrevista reciente. 

Su respuesta fue que las tres personas de las que él aprendió más a hacer cosas y a pensar sobre los problemas fueron Nelson Mandela, Isaac Rabin y Helmut Kohl.

Las razones: 

En el caso de Nelson Mandela, la lección más importante que extrajo de su comportamiento fue la capacidad de lidiar con el odio que naturalmente podía tener hacia quienes lo alejaron de su familia y mantuvieron en prisión. Clinton recuerda mucho aquella famosa frase de Mandela en la que señala: “Al salir de prisión, los seguía odiando; sin embargo, me di cuenta que si lo seguía haciendo, iba a seguir siendo su prisionero”. Por eso Mandela, los invitó a su ceremonia de inauguración y los incluyó en su gobierno, dándole a Clinton (y a todos en general) que el odio es una estrategia muy mala de largo plazo. En el caso de Isaac Rabin, quien fuera un militar y político israelí, la lección que extrajo también tiene que ver con el conflicto y el odio. Rabin experimentó durante su vida una gran transformación: si bien durante mucho años mantuvo una postura de conflicto hacia los palestinos, durante su segundo mandato como primer ministro fue promotor de un acercamiento utilizando la fórmula de “paz a cambio de territorios”. Clinton recuerda que Rabin decía que: “los hijos de los palestinos no tienen la culpa de lo que sus padres le hicieron a los israelís y los hiijos de los israelís no tienen la culpa de lo que sus padres le hiceron a los palestinos”. Es decir, que las decisiones había que tomarlas teniendo como objetivo mejorar el futuro de nuestros hijos antes que saldar nuestras cuentas del pasado. En el caso de Helmut Kohl, quien fue uno de los promotores más importantes de la unificación alemana, la lección que extrajo fue su valor para fijarse una misión cuyo objetivo sea construir una Europa libre, unida, próspera y en paz. Para eso, el plan de Kohl era unificar Alemania, luego unificar Europa, luego hacer que los países del Este formen parte de Europa, para que finalmente Alemania esté siempre en el centro de Europa y que nunca más vuelva a ser la causa de conflictos. Clinton aprendió de Kohl, quien era muy sensible a lo ocurrido durante las dos primeras guerras mundiales, que para forjar un país próspero como Alemania (el objetivo de Kohl) la mejor manera de hacerlo era encontrando una solución que sea beneficiosa para todos sus vecinos.