El desayuno afecta el rendimiento escolar

Cuando el finado ex Alcalde de Lima, don Alfonso Barrantes Lingan, creó el Vaso de Leche durante su gestión entre 1984 y 1987, con el fin de dar desayuno a los niños de las zonas pobres de Lima, probablemente ya intuía la importancia del desayuno en el rendimiento escolar, aunque los estudios básicamente demostraban que el desayuno es bueno para la salud y la concentración. Desde esos años hasta ahora con el programa Qali Warma, el Estado ha seguido esa intuición y recomendación que ahora acaba de ser demostrada científicamente y asociada al rendimiento escolar.

De acuerdo a un estudio denominado Association between breakfast consumption and educational outcomes in 9-11 year old children, elaborado por Hannah Littlecott, Graham Moore, Laurence Moore, Ronan Lyons and Simon Murphy, expertos en salud pública de la Universidad de Cardiff en el Reino Unido, existe una relación directa y positiva entre el rendimiento escolar y el consumo de un buen desayuno.

El estudio se realizó con la información de 5 mil niños entre 9 y 11 años de edad de más de 100 escuelas primarias, a los que se evaluó el consumo de un desayuno de calidad y su rendimiento posterior en las evaluaciones de los maestros a los 6 y 18 meses de edad.

Los resultados fueron los siguientes:

• La probabilidad de lograr un mejor desempeño educativo es dos veces más alta para los alumnos que tomaron el desayuno, en comparación que los que no lo hicieron.
• Los niños que tomaron dulces y papas fritas para el desayuno (1 de cada 5), no tuvieron un impacto positivo en el logro educativo.
• Los niños que reportaron mayores porciones de frutas y verduras como parte de su alimentación previa a la presentación de informes, obtuvieron mejores resultados.
• Existe una relación significativa entre los hábitos alimenticios y el logro académico.

Hannah Littlecott, autora principal del estudio, e investigadora del Centro de la Universidad de Cardiff señala que el estudio ofrece evidencia más fuerte de los vínculos entre lo que comen los alumnos y lo bien que les va en la escuela, lo que tiene importantes implicaciones para las políticas de salud pública.

Esto significa que no hay mejor dinero invertido para el Estado que los desayunos gratuitos que ofrece a los estudiantes de menores recursos para su salud y para su rendimiento escolar, incluso por encima que los propios recursos invertidos en el sector.

Hay que hacer votos para que las políticas sociales orientadas a ofrecer este beneficio a los alumnos de menores recursos continúen más allá de los nombres o etiquetas que le quieran poner.