Las mototaxistas del mundo musulmán

Si bien las mujeres están accediendo cada vez más a trabajos que durante muchos años fueron negados para ellas, hay muchos países donde enfrentan algunas barreras religiosas, culturales o legales que restringen el ejercicio pleno de su libertad de trabajo. Este es el caso de las mujeres musulmanas a quienes de acuerdo a la ley islámica no se les permite conducir una mototaxi y permitir que suba un hombre que no está casado.

Para resolver el problema y evitar que las mujeres sigan estando limitadas en la posibilidad de conducir mototaxis, Evilita Adriani, una joven indonesia de 19 años y estudiante del segundo año de la universidad privada UPN "Veteran" Jawa Timur, ha creado junto con su socio, Reza Samir, la empresa Ojek Syar’i en Indonesia. Ha logrado tanto éxito que ya están en 9 ciudades.

Ojek Syar’i es un servicio de mototaxi por demanda, conducido exclusivamente por mujeres para mujeres, que ha empezado a ofrecerse desde marzo de este año en Surabay, una ciudad al este de la isla de Java, en el que se respeta la prohibición de que una mujer traslade a un hombre soltero. Ojek es el término como se conoce en Indonesia a estos vehículos menores, y el término “Syar’i” hace referencia a la adherencia a las reglas religiosas del Islam (Sharia).

El concepto de negocio tiene las siguientes características:

• La comercialización y promoción se realiza por las redes sociales.
• Trabajan con una aplicación móvil para dispositivos Android, pero también responden a mensajes de texto y al WhatsApp.
• Atienden de 6:00 a 20:00, horario dentro del cual las conductoras están más seguras.
• Cuentan con un equipo de más de 200 conductoras musulmanas.
• El costo por servicio es de USD 0.30 centavos que se incrementan USD 0.20, dependiendo de la distancia. La empresa conserva el 30% de la venta del viaje o del tiempo de trabajo.
• El valor añadido que ofrecen es que las mujeres no sufrirán ningún tipo de acoso en el transporte público.

Adriani y su socio compiten con otras empresas pequeñas como la de ellos, pero también con empresas grandes que tienen hasta 200 mil conductores, por lo que el camino para lograr establecerse no ha sido fácil, sobre todo en una sociedad donde las familias no están acostumbradas a que las hijas sean mujeres emprendedoras. Por ello, tampoco ha sido fácil conseguir el financiamiento que necesitaban y han tenido que ajustar mucho su presupuesto.