IDEAS
¿Deben los no residentes pagar más?
El martes 28 de julio, la Comisión Europea acusó a Disneyland Paris a las autoridades de Francia por cobrar de manera diferenciada a los turistas que visitan el parque de diversiones dependiendo del lugar donde viven.
La Comisión Europea señala que las normas de la Unión Europea prohiben que las empresas le cobren más a los consumidores por su nacionalidad o lugar de residencia, salvo que existan condiciones objetivas que lo justifiquen que, en este caso, según Elzbieta Bienkowska, la Comisionada para el Mercado Único, no existen. Para justificar su acusación, la Comisión resaltó los tres hechos siguientes:
- En primer lugar, por un mismo paquete premium, Disneyland Paris le cobra a los franceses 1,346 euros, a los británicos 1,870 euros y a los alemanes 2,447 euros.
- En segundo lugar, un consumidor británico paga en promedio 15% más por un pase diario que los de otra nacionalidad. En contraste, un consumidor francés recibe, además de una menor tarifa, otros beneficios como grandes descuentos para paquetes familiares, mensuales o anuales.
- En tercer lugar, se encontró que las empresas rivales de Disneyland Paris no siguen la misma práctica. Este es el caso del Legoland danés y el Europapark alemán, las cuales no le cobran distinto a los consumidores en función del lugar donde viven.
Disneyland Paris discrepa de lo señalado por la Comisión Europea. Para la empresa, los consumidores de todos los países enfrentan la misma tarifa general. Sin embargo, señala que realizan descuentos legítimos para atraer consumidores de mercados específicos tras realizar un análisis caso por caso.
El éxito de la acusación de la Comisión Europea podría terminar propinando un golpe duro a los sectores del retail y servicios en Europa donde la discriminación de precios del tipo que realiza Disneyland Paris es frecuente: los posibles afectados van desde Amazon, los hoteles en España, las empresas de alquiler de automóviles, entre otros. Actualmente, la práctica común de los sitios web es redirigir a los consumidores a las páginas de sus países de residencia donde, por lo general, solo pueden ver los precios que la empresa haya asignado para los residentes de ese país.
En Perú, un caso similar de discriminación de precios se produce con los vuelos nacionales de las aerolíneas. Únicamente los residentes en Perú pueden acceder a las tarifas más bajas. Los extranjeros no residentes, por su parte, deben pagar precios que pueden ser más del doble del que paga un residente. Se trata de una política de precios bastante extraña y que no existe en mercados desarrollados. ¿Te imaginas si todas las aerolíneas decidieran cobrarle el doble a los peruanos por los pasajes de avión cuando viajamos dentro de Estados Unidos o Europa? ¿Estarías de acuerdo?
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