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Nació con 1.5 KG. y sobrevivió

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GRANT HASSE NACIÓ CON 27 SEMANAS CON UN PESO INFERIOR A 1.5 KG.
24 de noviembre de 2015
Red star
Por qué es importante
Los avances de la ciencia permiten que los bebes prematuros puedan tener cada vez más esperanzas de vivir.

Hay temas en los que en el mundo es difícil ponerse de acuerdo. Uno de ellos es el aborto, aun cuando este sea terapéutico. Siempre hay dos posiciones: una pro vida y otra que admite que sea posible interrumpir el embarazo. Más allá de en cuál creas, lo importante es conocer algunas historias que siempre van a permitir que uno se pregunte, qué hubiera pasado si.

Grant Hasse, es un niño de 4 años, hijo primogénito de una directora de escuela, Andrea Hasse, y de su esposo carpintero, a quien a los 18 semanas de embarazo le dijeron que había algo que andaba mal en su bebe, sugiriéndole que este tendría al nacer de 1% a 3% de probabilidades de sobrevivir porque sería incapaz de respirar.

El bebe tenía bloqueadas sus vías respiratorias y eso impedía expulsar el fluido, haciendo que sus pulmones se hinchen, cuenta una nota de Associated Press. Dada la gravedad de su caso, se indujo su nacimiento a las 27 semanas por cesárea, cuando pesaba menos de 1.5 kg.

En ese momento, se le abrió la tráquea por debajo del bloqueo que tenía y se insertó un tubo de respiración y un ventilador de mano con el fin de sacarlo del vientre y ponerlo en una máquina de respiración.

Grant solo pudo irse a casa, cuatro meses después, con un ventilador y con una enfermera, a fin de que gane fuerzas para enfrentar nuevas cirugías.

Y es que las dos condiciones con las que nació Grant no solo son raras para los especialistas del Lurie Children's Hospital de Chicago, sino muy difíciles de tratar. Normalmente solo se limpian las vías respiratorias, se inserta un tubo para que respire y algunos pacientes intentan emitir sonidos aun sin tener cuerdas vocales.

Por ello, el caso de Grant es especial. Cuando alcanzó el año, se le hizo una operación a la garganta que permitió detectar que el niño no tenía la voz desarrollada ni tampoco cuerdas vocales.

El doctor Gleen Green, cirujano de las vías respiratorias pediátricas en la Universidad del Hospital CS Mott de Niños de Michigan, donde fueron derivados para su posterior tratamiento, optó por remodelarle la laringe y las cuerdas vocales, usando su propio tejido. La última intervención fue en julio de 2014.

Ahora Grant, luego de casi 36 cirugías, puede decir más de una docena de palabras y sus médicos y padres se emocionan al escucharlo. El mismo ha aprendido a sacar partido de sus nuevas “cuerdas vocales”. Lo maravilloso es que mientras sus médicos se disculpan con los padres porque aparentemente Grant siempre tendrá una voz ronca, sus padres celebran solo el hecho de tenerlo a su lado.