La escasez y la creatividad

Uno de los principales impulsadores del crecimiento económico es el surgimiento del consumo masivo. En el Perú, el consumo privado representó el 62% del PBI nacional en 2013, 63% en 2014 y 65% entre el primer y el tercer trimestre del año 2015. Ante esta abundancia de soluciones listas para nuestros problemas, podríamos pensar que esta situación nos permite desarrollar nuestra creatividad, de la misma forma en que los antiguos griegos desarrollaron la filosofía en sus momentos de ocio. Sin embargo, según un estudio, esto no sería así.

La escasez es un concepto fundamental en la ciencia económica. El profesor N. Gregory Mankiw de la Universidad de Harvard define economía (economics) como el estudio de la forma en que la sociedad administra sus recursos escasos. Según esta definición, escasez se refiere a la naturaleza limitada de los recursos de la sociedad. Y esta escasez sería precisamente la responsable de que la sociedad desarrolle soluciones más creativas, mientras que la abundancia inhibe la creatividad. Cuando dejamos de comprar nuevas cosas y ya no disponemos de soluciones listas para nuestros problemas, miramos las cosas que ya tenemos con una nueva perspectiva y no tenemos problemas en encontrarles nuevos usos.

El objetivo del estudio, cuyos resultados fueron publicados en Journal of Consumer Research de Oxford University Press, fue investigar la relación entre disponibilidad de recursos y la creatividad del consumidor. Como parte del estudio, los investigadores realizaron seis experimentos con el fin de determinar la forma en la que la creatividad varía bajo diferentes niveles de escasez. En todos los experimentos, los resultados mostraron que las personas son más creativas cuando son obligadas a sacar lo mejor de una situación o a idear usos alternativos a objetos con usos específicos.

El estudio concluye que lo contrario es cierto, es decir, que la abundancia inhibe la creatividad. Es decir, dado un problema con escasos recursos, la mente humana se esforzará hasta llegar a una solución, mientras que, ante recursos ilimitados, no sabrá que hacer. Según los autores, si bien la escasez siempre ha sido un aspecto dominante de la vida humana, en las sociedades industrializadas modernas la gente da por hecho la disponibilidad de recursos. En las sociedades desarrolladas, la abundancia, el consumismo y la adquisición en exceso son la norma. El problema llega cuando la sociedad ya no puede disfrutar del mismo nivel de comodidades al cual estaba acostumbrada, tal como sucedió en la Venezuela del presente siglo.