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El alcohol y las celebraciones de fin de año

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Estudios de cohorte prospectivo han demostrado el beneficio del consumo moderado de alcohol para ciertas enfermedades.
23 de diciembre de 2015
Red star
Por qué es importante
El problema del alcohol es su consumo en exceso. Si esto no ocurre es posible regalarse estas fiestas, sin remordimientos, una buena copa de su bebida preferida.

La navidad y el Año Nuevo, probablemente, sean las festividades en las que se consume más alcohol en el año, y dependiendo de si se abusa o no de él, las fiestas pueden no solo ser divertidas sino hasta saludables.

Una interesante nota de Aaron Carroll, en The New York Times, desmitifica un poco la afirmación de que el alcohol es por lo general malo. Todo lo contrario, cita una serie de estudios que lo califican de beneficioso para la salud, en la medida que se consuma con moderación.

Un estudio de cohorte prospectivo realizado en 1990, que incluyó resultados de hombres desde 1959, reveló que los participantes que consumieron una o dos bebidas de alcohol tenían menor riesgo de muerte por enfermedad coronaria que los que no lo consumieron, aunque tenían un riesgo anual más alto de muerte. Posteriormente, otro estudio corroboró dichos resultados, diferenciando el nivel de riesgo entre los que no bebían o bebían más de dos copas, y quienes bebían una copa al día que tenían menor riesgo de muerte.

Otro de los aspectos que ha sido muy estudiado tiene que ver con su relación con diferentes enfermedades. Para empezar, la mayoría de los beneficios con los que se asocia el consumo de alcohol están asociados a las enfermedades cardiovasculares y también a la función cognitiva. Pero no todos son beneficios, en el caso del cáncer, también hay estudios que han determinado que el consumo de alcohol incrementa el riesgo relativo de cáncer de mama, en la medida que se incrementa el número de bebidas por día; y, algo similar ocurre con el cáncer de colon. Posteriormente, un estudio para todos los tipos de cáncer llegó a la conclusión que el consumo excesivo era perjudicial y el moderado no tenía efecto. Algo similar ocurre con la diabetes, para la cual un consumo moderado genera menores tasas de la enfermedad, y, en cambio, un consumo alto, implica mayor incidencia.

Estos dos tipos de hallazgos en distintos estudios ponen en evidencia que el alcohol no es malo per se, sino que el problema es su consumo en exceso, dado que hay evidencia importante que incluso le atribuye ciertos beneficios sobre todo cuando las personas están sanas o no están embarazadas. Sin embargo, también hay evidencia que para ciertas enfermedades y para las mujeres embarazadas, el alcohol es perjudicial sin importar la cantidad que se consuma.

Por eso, quienes gozan de buena salud pueden regalarse en estas fiestas sin ningún tipo de remordimiento, algunas copas que hasta pueden llegar a ser beneficiosas.