TENDENCIAS
Salmo domesticus en lugar de salmón
En 1998, de acuerdo a una nota de Nautilus, el biólogo conservacionista Mart Gross, advertía que dado el crecimiento exponencial del cultivo de salmón en granjas, probablemente lo que se tenía que hacer era reconocer una nueva criatura: el Salmo domesticus.
A la luz de la evolución de la producción de este tipo de salmón, Gross tenía razón. Hoy en día casi todo el salmón del Atlántico que se vende en los EE.UU. proviene de una granja y esto ocurre en un 90% cuando se toma en cuenta todo el planeta.
La pregunta que se hacen los expertos es que estos datos deben llevarnos a ajustar nuestra relación con la naturaleza, porque es difícil cree que un pez al que se saca de su hábitat, se domestica por generaciones para el consumo humano, y , que hasta se le modifica genéticamente para que crezca más rápido, no haya cambiado en nada y siga siendo el mismo.
Casi no que queda nada de ese pez que por su naturaleza se traslada kilómetros y kilómetros entre ríos y océanos, superando todo tipo de obstáculos para desovar y evitar a los osos.
Para los científicos el caso del salmón no es único a nivel de especies de pérdida de identidad, pero sí se debe reconocer que el proceso en este caso ha sido sumamente rápido. Lo buena noticia es que esto ha permitido que hoy en día, haya más salmón en el mundo que el que nunca ha habido, y, lo novedoso es que la mayoría son resultado de la mano del hombre.
Los noruegos comenzaron a criar salmones en la década de los sesenta y pusieron en evidencia la importancia de asegurar un suministro fiable del recurso para el mercado interno, y, después para la exportación. Desde esa época hasta hoy, los avances tecnológicos permiten hacer selección artificial más rápido que la que ocurre con pollos.
Sin embargo, hay biólogos que creen que la domesticación no genera cambios tan radicales por la selección y no genera nuevas especies por cualquier tramo. El mejor ejemplo son los cerdos, gallinas o vacas que pueden cruzarse con sus homólogos silvestres.
En cualquier caso, lo que resulta claro para los consumidores es que los salmones han cambiado y que aun no se sabe si han perdido lo que hace que un salmón sea reconocido como tal.
En este contexto es probable que hacia futuro, hayan pocas especies silvestres que no sean alteradas por los seres humanos.
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