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Lo que piensa una mujer que llega a la cima

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Las mujeres que dejan el trabajo para apostar por sus familias, luego tienen difícultades para volver a reinsertarse.
20 de enero de 2016
Red star
Por qué es importante
Para tener éxito hay que pedir lo que se quiere.

La historia de Kate Bensen una abogada de 57 años, actual CEO de The Chicago Network (TCN), un gremio por invitación de mujeres de los perfiles ejecutivos más altos, no siempre fue una historia de éxito. Vino de un hogar modesto que vivía con los ingresos de su padre que fue un ministro luterano y el cuidado de una amorosa madre que no fue a la universidad.

Por ello, para ir a la universidad realizó una gran cantidad de trabajos hasta que su familia se mudó a New York para cuidar a su abuelo enfermo. A partir de entonces, su vida nunca volvió a ser la misma porque conoció a gente rica y exitosa.

Ahora dirige este gremio de 450 mujeres exitosas en los negocios, la academia, la ciencia y las artes, al que llegó hace 6 años. TCN fue fundada en 1979 y lo que hace es fomentar relaciones entre mujeres líderes que pertenecen a círculos heterogéneos. El criterio más importante para ingresar es que debe mostrar un compromiso cívico. Cuando le toca definir su trabajo, lo hace señalando que abre puertas para otros.

Su meta personal, aportar al desarrollo de una nueva generación de mujeres líderes. Para ello, tienen un programa de futuras líderes que permite que estudiantes mujeres de tres universidades realicen una pasantía de dos días con los equipos de dirección de algunos miembros de la TCN; y, una Conferencia anual para las líderes senior que busca enriquecer a otras mujeres que están haciendo méritos para formar parte del TCN.

En la entrevista que le hace Chicago Tribune, Bensen, no se guarda nada cuando toca hablar de las mujeres y el liderazgo.

  • Considera que el progreso de las mujeres en el liderazgo es glacial, porque aún son pocas las empresas que creen en la diversidad como un elemento clave para mejorar los resultados y la calidad de la empresa. Como consecuencia hay pocas directoras generales mujeres.
  • Está convencida que a muchas mujeres que dejan el trabajo para criar a su familia, luego les cuesta un montón volver a reinsertarse.
  • Apuesta por hombres y mujeres como patrocinadores y mentores de las nuevas mujeres líderes.
  • Cree que para tener éxito hay que aceptar oportunidades de crecimiento y pedir lo que se quiere, sin timidez, ni modestia.
  • Tiene claro que para hacer su trabajo hay que ser buena escuchando y encontrando la manera en que una persona puede ayudar a otra.
  • Reconoce que la perfección es enemiga del liderazgo y la felicidad y que un 80% puede ser bueno si ayuda a alcanzar el objetivo final.

Así que hay que tomarse las cosas con calma y aprender a ser felices sin que las cosas salgan 100% perfectas.