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La pobreza y no la raza es más responsable de la obesidad

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Las tasas de obesidad en los Estados Unidos se han incrementado para el 2015.
26 de enero de 2016
Red star
Por qué es importante
Lo bueno de que el problema no sea genético o cultural es que es posible encontrar soluciones.

Luego de conocerse que las tasas de obesidad entre hombres y mujeres en los EE.UU. han subido a 38% para mujeres y 34% para hombres en 2015, y que actualmente casi se vive una epidemia, han empezado a proliferar los estudios que intentan explicar de la mejor manera cuáles son los predictores de la obesidad.

Durante mucho tiempo se ha pensado que la obesidad infantil es más común entre los afroamericanos y los hispanos. Sin embargo, un reciente estudio de investigadores de la Universidad de Massachusetts, denominado The Relationship between Childhood Obesity, Low Socioeconomic Status, and Race/Ethnicity: Lessons from Massachusetts, liderado por Kim Eagle, profesor de medicina interna, llegó a la conclusión que los ingresos familiares de los niños son un mejor predictor de la posibilidad de caer en sobrepeso, antes que la raza u origen étnico.

En otras palabras, la pobreza es más importante en la ecuación que desencadena la obesidad.

Para llegar a esta conclusión, analizaron la conexión entre la obesidad infantil, la pobreza y la raza en Massachusetts, donde los funcionarios de salud pública tenían datos sobre unos 112.000 estudiantes de alrededor de 70 de los distritos escolares del estado. Dicha información fue cruzada con la elegibilidad de esos estudiantes para los programas de almuerzos escolares gratuitos que es un indicador de pobreza.

Además, tuvieron a la vista un estudio de 2012, publicado en el American Heart Journal, que encontró que la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en los niños aumentaron en las comunidades con menores ingresos de los hogares.

Estos hallazgos son importantes porque permiten comprender mejor el problema y determinar las actitudes a tomar acerca de la obesidad infantil y qué se puede hacer para hacer frente a la crisis.

Hubiera sido mucho más complejo que el problema mayor sea genético o cultural, porque las soluciones no serían fáciles. Sin embargo, al tratarse de un problema de ingresos, es posible plantear soluciones.

Los investigadores ya han desarrollado iniciativas desde 2004, para reducir la obesidad infantil en la escuela, tales como las Escuelas saludables para frenar la obesidad que además ofrecen opciones más saludables como la barra de ensaladas, las máquinas expendedoras, los menús de la cafetería para cambiar las dietas, los programas deportivos, entre otros.

Los alumnos reclamaban al principio pero luego se ha vuelto popular probar comida saludable como ensaladas y yogur.  Ya se han acostumbrado a ello.

Por ahora el programa está en 50 escuelas intermedias y los resultados son buenos, sobre todo en el segmento de bajos ingresos