¿Pobreza delgada u obesa?

Si te preguntaran cómo crees que se ve una persona pobre, dudo que dibujarías a una persona grande y gruesa. Sin embargo, suele ser el caso que hay más casos de obesidad en la gente de bajos sectores socioeconómicos, que en aquellos que provienen de una familia con un poco más de dinero.

La idea podría parecer ilógica, sin embargo, un artículo de The Washington Post da cuenta por qué ocurre esto en un artículo titulado, “The big problem with one of the most popular assumptions about the poor”

Para llegar a esta conclusión, se tuvo en cuenta una investigación de Melissa Sturge-Apple, profesora de psicología de la Universidad de Rochester y directora del estudio, publicado bajo el nombre “Vagal Tone and Children’s Delay of Gratification”.

En dicho estudio se aplicó la misma tesis del experimento de la recompensa inmediata que consiste en mostrarle a un niño un dulce y decirle que puede comerse este inmediatamente, o esperar a que regrese el examinador y recibir tres. Para los que no lo recuerda, muchos niños sucumbía ante la tentación y se comía la golosina inmediatamente, lo que hacía pensar que se debía a que los niños en general no podían resistir la tentación de comer golosinas. Sin embargo, el hecho de que coman la golosina rápidamente es una decisión racional más que un instinto.

Un experimento muy parecido se realizó con niños provenientes de familias de bajos recursos. Los resultados fueron los mismos: preferían comer las golosinas. Sin embargo, el análisis permitió observar otros resultados sorprendentes.

El estudio, que constó de dos partes, se esforzó por medir el tono vagal en 200 niños de dos años con procedencia de niveles socioeconómicos bajos. El tono vagal suele determinar que tan bien reaccionas frente a una situación de estrés. Los resultados mostraron que los niños con mayor resistencia al estrés solían comerse la golosina antes. Esto significaba que luego de considerar sus opciones, preferían tener una satisfacción inmediata. Se podría culpar a la corta edad de esto, sin embargo, los mismos resultados fueron arrojados cuando se hizo el mismo experimento con niños de 5, y luego de 5 años.

Esto, explica Sturge-Apple, ocurre, debido a las circunstancias que envuelven a los niños con bajo nivel socioeconómico. Un hogar donde la existencia del siguiente plato de comida es incierto, suele formar a la persona para que coma apenas tenga oportunidad. Además, esto se combina con que los niños de bajo nivel socioeconómico suelen comer siempre lo mismo, debido a sus opciones limitadas.

En resumen, la combinación de comer apenas se puede y la falta de opciones para hacerlo más saludablemente, suele se la fórmula segura hacia la obesidad.