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La regulación del transporte compartido

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Todo indica que ha llegado el momento de buscar un equilibrio entre los servicios de transporte compartido y los intereses de la ciudad.
02 de febrero de 2016
Red star
Por qué es importante
El proyecto de decreto del Gobierno Municipal de Sao Paulo podría ser un modelo de regulación para otros países.

Hace unas semanas se conoció que la principal empresa de Taxis de San Francisco, estaba acogiéndose al capítulo XI de la Ley de Bancarrota de los EE.UU., debido al impacto que estaba teniendo Uber en su nivel de actividad.

Por su parte, hace unas semanas se realizó un evento sobre Transformación del Transporte en Washington DC que tuvo como eje central el debate sobre la necesidad de regular y gestionar los servicios de movilidad compartida y bajo demanda.

Ambos hechos, unidos a las protestas de conductores de taxis en diversas partes del mundo, reflejan que ha llegado el momento de reflexionar sobre la forma en que se debe llegar a un equilibrio entre los servicios de transporte compartido y los intereses de la ciudad y sus habitantes, más allá de que la red sea nacional o internacional.

Precisamente, uno de los temas que se discutió en el marco del evento fue un proyecto de decreto del Gobierno Municipal de Sao Paulo que establece la obligatoriedad de que las empresas realicen un pago adelantado en función de vehículos-kilómetro, a modo de créditos para ser utilizados por la flota de pasajeros en un periodo de dos meses. Cuando las empresas se exceden, deben pagar un recargo.

Los créditos se subastarían con el fin de garantizar la competencia, lo cual permitirá crear un mercado de estos créditos y este esquema estaría alineado con el principio de "pay-as-you-drive". Se estima que un modelo como este permitiría mantener un orden y gestión de la ciudad y reducir el número total de vehículos-kilómetros en su red de carreteras congestionadas.

Este no es el primer intento de regulación de este tipo de servicios. Ya existe el de Ciudad de México donde se cobra tarifa plana de 1.5% por viaje de servicio de movilidad compartida. La diferencia es que el esquema planteado inicialmente permite crear incentivos de precios para las empresas transnacionales.

Otro aspecto novedoso del Decreto de Sao Paulo es que exige información sobre los orígenes, destinos de viaje, tiempos, distancias y rutas que se espera sirvan a la ciudad para hacer un mejor uso de la red vial y los servicios de transporte que regula.

Todo esto permitirá tener una visión de conjunto de todas las formas de transporte existentes en la ciudad, incluyendo las de transporte compartido del que las empresas convencionales tienen quejas porque no están sujetos a niveles de supervisión tan estrictos como los taxis y costos asociados.

Hay mucha expectativa sobre la aprobación de norma y el impacto que tendrá en el desarrollo de este tipo de transporte.