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Las aceitunas falsificadas

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Un mil millones de euros es el valor del mercado de falsificaciones de productos alimenticios.
09 de febrero de 2016
Red star
Por qué es importante
El sulfato de cobre es un aditivo que genera toxicidad en los alimentos y a la larga produce efectos en la salud.

Todo indica que los problemas de los olivocultores italianos no tienen cuando acabar. Al escándalo del año pasado con el aceite de oliva, que dimos cuenta en la nota titulada La Virginidad del Aceite de Oliva, ahora se suma una reciente confiscación de aceite de oliva ilegal y  85 mil toneladas de aceitunas verdes que habrían sido pintadas con sulfato de bronce para hacerlas más brillantes y que luzcan más recientes de lo que realmente son, porque les quita las manchas de la edad.

Además, hay una denuncia por fraude de origen, en la medida que dichas aceitunas estaban clasificadas como Made in Italy, cuando luego de unas pruebas de ADN se ha comprobado que son de origen sirio o turco.

El caso tiene varias dimensiones que van desde las policiales por la afectación potencial de la salud debido al uso de un producto tóxico como el sulfato de cobre que puede generar nauseas, vómitos, dolor abdominal e incluso llegar a ser letal en ciertos casos; hasta la que tiene que ver con la imagen país, por la pérdida de confianza en la calidad de los productos tradicionales de la gastronomía italiana que se envía a Estados Unidos y Japón.

Según la nota de The Guardian  hay dos aspectos que han incrementado este tipo de malas prácticas: el tamaño del mercado de falsificaciones del que se quiere participar que es de EUR 1 mil millones al año, y dos años consecutivos de mala producción como han sido 2014 y 2015 debido al clima, la plaga llamada mosca de la fruta y una bacteria mortal que ha afectado los cultivos.

Ahora los diecinueve detenidos enfrentan cargos por usar aditivos prohibidos para la salud y pretender comercializarlos, así como por la falsificación de productos culinarios. Además, se investiga a las personas involucradas en la venta de aceite de oliva de otro origen como italiano y de calidad extra virgen.

Ningún año por más malo que haya sido justifica estas malas prácticas y el gobierno italiano tiene que combatirlas de la manera más enérgica porque de lo contrario está en riesgo un mercado que ha tomado mucho tiempo conquistar.

Todo el mundo sabe que los mercados de alimentos son muy sensibles a las fluctuaciones de oferta y demanda que pueden verse afectadas, así que queda esperar que este nuevo escándalo no termine por hacer este 2016, el tercer año malo para esta industria que genera muchos empleos y divisas para Italia.

El resto de países productores, a tomar nota, que de las crisis siempre surgen oportunidades.