HISTORIAS
El drama del feminicidio en latinoamérica
Latinoamérica es una región rica en muchas cosas. Sus ciudadanos suelen estar enamorados de sus países de origen, de sus culturas y de su gente. Sin embargo, no todo es color rosa. Latinoamérica es también la región con mayor número de feminicidios en el mundo.
En un reporte reciente elaborado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) muestra que siete de los diez países con mayor incidencia de feminicidios son latinoamericanos. El portal InSight Crime elaboró un artículo llamado “Why Does Latin America Have the World's Highest Female Murder Rates?” (¿Por qué Latinoamérica tiene el mayor número de feminicidios en el mundo?). En dicho portal, recoge tres causas que favorecen esta terrible estadística: el tráfico de personas, las pandillas y las mujeres criminales.
El tráfico de personas es una práctica criminal de alcance transnacional. Las victimas suelen tener entre 18 y 28 años. El feminicidio es más alto cuando se trata de mujeres que son explotadas sexualmente (que son la mayoría de casos). A las víctimas se les engaña con ofrecimientos de trabajo decente para que luego se dediquen a trabajos sexuales, en los que suelen ser torturadas, violadas y en la mayoría de casos, asesinadas. Este “negocio criminal” mueve USD 320 millones al año, lo genera un incentivo perverso para que esta terrible práctica siga ocurriendo.
Por otro lado, están las pandillas y la violencia que producen. Si bien es cierto que la gran mayoría de víctimas de la violencia de las pandillas son hombres, las mujeres suelen ser afectadas por extensión. Esto se debe a que en las pandillas las mujeres son vistas como una propiedad. Como consecuencia, suelen morir durante balaceras o porque son asesinadas por miembros de una pandilla enemiga. Además, en algunos casos, el código indica que si alguien pretende dejar una pandilla, su bien más preciado debe ser dañado. Estamos hablando de las mujeres en su vida: su mamá, hermana, enamorada, hija o quién sea.
Finalmente, las mujeres que trabajan en el crimen organizado también estos actos criminales. En estos casos, la estructura patriarcal es la que manda. A las mujeres suelen dárseles trabajos de naturaleza servil, pero muchas veces se les da asignaciones más peligrosas. Quizás la más conocida y mortal es la de ser “mula”. Se trata de ocultar drogas dentro del organismo para pasar por puntos de control. Son puestas en pequeñas bolsas y tragadas. El problema es que estas bolsas tienden a romperse, haciendo que la droga entre en enormes cantidades a la sangre matando a la victima de sobredosis.
La criminalidad, combinada con la impunidad y el alto nivel de dinero que mueve hacen que el feminicidio sea un problema al alza que la sociedad debe condenar y persequir de manera implacable.
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