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Los peces de piscifactorías son sordos
Un reciente estudio de investigadores de la Universidad de Melbourne en los EE.UU., denominado High prevalence of vaterite in sagital otoliths causaes hearing impairment in farmed fish, señala que la mitad de los peces de granja del mundo se quedan sordos por deformidades en los oídos.
De acuerdo a la investigación, las deformidades se presentan con mayor probabilidad en los peces que se cultivan en la acuicultura que en los silvestres, lo que sugiere que debe haber alguna relación con sus condiciones de crianza.
Las deformidades se presentan en los otolitos sagitales que son estructuras primarias de audición en el oído interno de los peces teleósteos (óseos) y normalmente se componen de aragonita.
Para realizar esta investigación, T. Reimer, T. Dempster y el resto de su equipo trabajaron con peces de cinco países productores de salmón, entre los cuales estuvieron Noruega, Canadá, Escocia, Chile y Australia, a partir de los cuales hicieron las comparaciones entre los huesos del oído de los peces de criaderos y silvestres, para lo cual usaron un modelo para predecir la cantidad de peces que pueden oír y el resultado fue que los ejemplares afectados por la deformación habían perdido el 50% de la sensibilidad auditiva.
Esto lo comprobaron usando un modelo mecanicista de la oscilación de los otolitos en respuesta al sonido, donde se demostró una pérdida de 28-50% de la funcionalidad de los otolitos en la mayor parte de la gama de salmónidos lo largo de su ciclo de vida.
El estudio no llega a determinar la causa subyacente de la deformación, pero la discapacidad que esta genera tiene consecuencias importantes para el bienestar de esta fauna de piscigranjas, porque una vez que los salmones de criadero son liberados, máximo un 20% de estos logran sobrevivir en ambientes silvestres y este defecto podría tener que ver con esta circunstancia que los vuelve vulnerables a sus depredadores porque no pueden oírlos.
Lo que sí identificaron es que la deformidad ocurre a edad temprana y sobre todo en los peces de criaderos, pero se vuelve más severa en la medida que crecen.
Hasta ahora no se conocía de estudios similares que abordaran esta problemática que podría explicar el bajo éxito de los programas de repoblamiento de peces nativos. Todo parece indicar que hay algo en el proceso de cultivo que estaría provocando esta deformidad y las futuras investigaciones tienen que orientarse a resolver ese problema.
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