IDEAS
Quesos impresos 3D ¿te importaría?
Primero fue carne, luego prótesis de huesos, zapatos y ahora parece que serán alimentos los que puedan imprimirse bajo tecnología 3D.
Se trata de una nueva tecnología que usa leche de verdad y no proteínas de origen vegetal, que fue elaborada por Maarten Schutyser de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos, en colaboración con la Cooperativa láctea Friesland Campina, según detalla el portal Fastcoexist en su artículo 3D printed cheese is just another toward the high tech future of food, sobre el que se basa esta nota.
La investigación todavía está realizando pruebas con la tecnología, pero por ahora la impresora usa cartuchos cargados de caseinato de sodio, que es una proteína de la leche líquida que se solidifica después de salir de la boquilla de la impresora. Ahora el desafío es lograr que los otros ingredientes adicionales que también se imprimen individualmente, luego puedan servir para aglutinarse y lograr un alimento cohesionado con las características de cualquier queso, aunque también se podrían hacer mantequillas.
Cuando eso se logre se podrá producir todo tipo de alimentos usando esta tecnología que incluso permite ajustar los niveles de grasa, conservantes, preservantes, saborizantes, menos colesterol, con los que se quiere que sean producidos. Además, tiene la ventaja que se puede producir con mucho menos impacto ambiental.
El artículo advierte que no se sabe el nivel de aceptación que tendrán estos productos, pero lo cierto es que pueden ser una solución atractiva para lugares remotos donde es difícil trasladar alimentos frescos o perecibles como el queso. Basta imaginar las plataformas petroleras o las bases de los países en la Antártida, pero también, las zonas donde no hay acceso a productos lácteos frescos, aun cuando ya algunos empiecen a cuestionar que no será un derivado lácteo propiamente dicho.
Schutyser y sus colegas están investigando sobre la posibilidad de producir otros alimentos con proteína vegetal como un queso de soja, porque consideran que esta tecnología solo es otra forma de producción que se suma a las que ya existen y que puede permitir lograr resultados con mayor rapidez, así como poder controlar mejor los ingredientes que contienen los alimentos.
Habrá que seguir atentos a comprobar si Schutyser consigue su propósito y pronto podemos empezar a producir nuestro propio queso en casa, de distintos sabores y probablemente más saludables y más baratos.
Por ahora es sólo un experimento.
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