NÚMEROS
Un país que cada vez vive más borracho
“Nunca vuelvo a tomar” podría ser la frase más falsa que puedes decir luego de una noche de beber en exceso. En los labios de cualquiera, la frase es hasta chistosa. Sin embargo, en la boca de alguien que en verdad tiene problemas con la bebida, la frase muestra una realidad un poco más triste. Y es que, el trago deja de ser algo accesorio a una noche en la vida de muchas personas y se convierte en algo de lo que no podemos prescindir. Verlo en una persona es duro, pero verlo en un país entero es peor.
En la India, en 2012, unas 5000 personas murieron debido al consumo de bebidas alcohólicas, y el 25% de accidentes en las pistas se debe a que las personas manejan borrachas.
Hasta ahora probablemente pocos asociaban a ese país con el alcoholismo. Sin embargo, este registra uno de los niveles más altos de consumo de alcohol del mundo, alcanzando un consumo de 11.4 litros al año en una persona promedio, afirma el artículo “Tipsy today, sober tomorrow: India sways worse than a drunkard over prohibition” de Quartz.
El problema se complica más si es que lo llevamos al ámbito político y económico. Se sabe que muchísimos líderes políticos de ese país tienen problemas con la bebida. Sin embargo, para limpiar su imagen y mantener su popularidad no dejan de ofrecer prohibir el consumo de alcohol en ese país.
Lo malo de usar prohibiciones para resolver problemas de hábitos de consumo es que no suelen funcionar.
Primero, porque la realidad ha demostrado que a veces lo mejor es regular y liberar los consumos, pero establecer reglas para este. Respecto a este caso, el mejor ejemplo es Holanda, que ha legalizado toda clase de sustancias y con ello ha logrado que ese país obtenga mejoras al interior. Por ejemplo: la falta de presos en sus cárceles, lo que ha hecho que empiecen a cerrarlas.
Segundo, porque las prohibiciones vuelven un objetivo personal, poder conseguir acceder a la bebida y puede ayudar al surgimiento de mercados negros para el alcohol.
El artículo plantea que el único camino es un cambio de mentalidad que podría tardar años en calar en las nuevas generaciones a las que hay que mostrarles el impacto que puede tener en sus vidas el uso y abuso del alcohol. Las autoridades harían muy bien en ser quienes den el ejemplo, en lugar de ofrecer solo prohibir, prohibir y prohibir.
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