HISTORIAS
La droga de la productividad
En el trabajo cada vez existe más la presión por tener mejores resultados, más rápido. La competencia es feroz al interior de las empresas. Por ello es que, para sobresalir, muchos trabajadores deben sacrificar muchas horas de sueño para poder cumplir con cargas laborales extremadamente exigentes. Algunos otros ven en la independización una salida. La flexibilidad que otorga la independencia es, sin duda, una gran ventaja. Sin embargo, la presión por los resultados no es menor en un negocio propio: si trabaja solo tiene la responsabilidad de generar un ingreso que en un empleo formal es normalmente predecible; si trabaja en equipo, sobre sus espaldas descansa no solo la responsabilidad de la economía de su familia sino también la de sus colaboradores.
El diario New York Times, publicó recientemente la historia de Elizabeth, una emprendedora que está abocada desde hace varios meses a sacar adelante la start-up tecnológica vinculada a la salud, de la que es propietaria. Quienes ven de lejos la historia de Elizabeth, la consideran afortunada pues ella es su propia jefe y, al menos en teoría, tiene un gran flexibilidad para acomodar su trabajo a su vida. Sin embargo, muy pocos saben que en los últimos 9 meses, Elizabeth durmió en promedio solo de 4:17 a.m. a las 7:42.
¿Cómo pudo conseguir algo así? Elizabeth, al igual que un gran número de estudiantes, profesionales y emprendedores de industrias distintas en Estados Unidos que están expuestos a enormes presiones para producir resultados en el trabajo, consume regularmente Adderall. Este medicamento es un estimulante que contiene anfetaminas y que suele ser prescrito para personas que padecen de transtorno por déficit de atención con hiperactividad. Para quienes no padecen de este desorden, el consumo del medicamento puede aumentar la capacidad de atención y la motivación para cumplir ciertas tareas.
Es tanta la presión por producir resultados que enfrentan estas personas que llegan a considerar que no tomar la medicina es otorgar ventaja a la mayoría de sus pares que la consume. Para acceder a esta medicina, las personas fingen los síntomas de la enfermedad o compran las medicinas en el mercado negro. Sin embargo, como toda medicina, tiene efectos secundarios. Adderall puede causar ansiedad, adicción y alucinaciones cuando se toman en dosis altas.
Existen muchos aspectos preocupantes en esta historia: primero, que sea tan sencillo obtener prescripciones del medicamento; segundo, que también se puede obtener en el mercado negro; y, tercero, que las presiones en los centros educativos y laborales hay llegado a tal punto que induzca a las personas a tomar medidas tan extremas.
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