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Oportunidades para mayores de 50

Larger 50
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Una tendencia reciente de despreciar a los mayores de 50 en el mundo laboral parece querer imponerse, por encima de la experiencia y de la bondad de contar con equipos mixtos de jóvenes con mayores con experiencia.
07 de junio de 2016
Red star
Por qué es importante
El argumento de las empresas para contratar personas jóvenes es que tienen mayor vitalidad, pero pierden las ventajas propias de contar con líderes con experiencia.

En los últimos años, el desarrollo científico ha permitido incrementar la expectativa de vida de la población, lo que repercute en la capacidad que tienen las personas para estar activas laboralmente por más tiempo. Esto que podría considerarse un aspecto positivo en la medida que permite contar con personas experimentadas en distintos campos, se está enfrentando con una nueva tendencia según la cual, las empresas están prefiriendo a los más jóvenes en lugar de los más experimentados.

Lucy Kellaway, columnista del Financial Times, señala en su artículo “In search of the missing office minority: the over-fifties”, que los mayores de cincuenta años parecen haberse esfumado de las oficinas, siendo reemplazados por trabajadores más jóvenes.

El argumento de las empresas para contratar personas jóvenes es que tienen mayor vitalidad e ideas frescas y por eso prefieren despedir a los mayores cuya experiencia es, definitivamente, más amplia. Lo que según Kellaway se está perdiendo de vista es que cuando las personas mayores salen a la calle, deben encontrar la manera de seguir subsistiendo en un mundo donde sus posibilidades son reducidas. En algunos casos, principalmente para los altos ejecutivos empresarios, el dinero no es un problema pues han hecho lo suficiente para vivir acomodadamente y pueden dedicarse a disfrutar lo que tienen sin tener que preocuparse por el trabajo, sin embargo, se quedan muy frustrados por no poder seguir en actividad.

El mayor problema se presenta para quienes pertenecen al grupo de los que no han acumulado recursos económicos, que tienen dificultades para recolocarse porque se enfrentan a un mercado laboral que prefiere apostar por la juventud cronológica sin experiencia, antes que por la vitalidad de los experimentados.

La figura del viejo sabio parece haber perdido importancia y aquel que no logre adaptarse debe ser retirado.

Para Kellaway este panorama debe cambiar y pronto las oportunidades de trabajo deben volver a sonreír a los mayores de 50. Las empresas deberán recapacitar y evaluar a las personas por la experiencia que pueden aportar a sus entornos de trabajo y combinarla con las ideas frescas que introducen los más jóvenes, con el fin de contar con soluciones no solo efectistas sino realmente efectivas. Existe una gran diferencia entre el conocimiento teórico y el que tan solo se consigue con el trabajo de campo y la vivencia real que dan los años, el cual no debe ser desperdiciado.

Como bien dicen, más sabe el diablo por viejo que por diablo.