NÚMEROS
Más ricos y más desigualdad
La esencia del mundo capitalista es la acumulación de riqueza, por eso cuando se publican estudios que dan cuenta que el número de hogares en el mundo con un capital mayor de USD 1 millón se ha incrementado 6% en 2015, es imposible no alegrarse porque eso significa que hay más gente a la que va bien y le salen bien las cosas.
Cuando se suman todos esos hogares, resulta que el 66% de la riqueza de los Estados Unidos es controlada por los más ricos, el 31% en el caso del Oeste de Europa y el 22% en Japón.
Esto significa que ahora los ricos controlan el 46% de la riqueza mundial y la tendencia va en aumento. Analistas del Boston Consulting Group pronostican que para el 2020, el 71% de la riqueza de Estados Unidos será controlada por aquellos que se ubican en la punta de la pirámide, y probablemente en 4 años, los ricos del mundo controlarán el 52% de la riqueza mundial, según señala un artículo de CNBC titulado “By 2020, half the world's wealth will be controlled by millionaires”.
Asia será el continente con mayor tasa de crecimiento de millonarios (17%), sin considerar Japón, seguida de Europa Occidental (11%) y América Latina (7%). Pese ello, EE.UU. seguirá teniendo el mayor número de millonarios con 8,4 millones, a pesar de la desaceleración de 2014.
El problema de que esto ocurra es que las buenas noticias para los millonarios no son tan buenas noticias para el resto de la población mundial que deberá conformarse con la mitad de la riqueza mundial para dividirla entre toda la población que es de miles de millones de personas, profundizando eso los niveles de desigualdad entre personas de un mismo país, continente, y hemisferio.
En cifras eso significa que quienes tienen menos de USD 1 millón, verán reducida su participación a 29%, mucho menos del 34% de 2015 y 40% del 2014.
A mayor desigualdad económica, habrá menos oportunidades para reducir los niveles de pobreza que aqueja a zonas pobladas de distintos continentes con mayor o menor incidencia, y que es fuente de conflictos y una limitante para un desarrollo más equitativo.
Finalmente, los analistas señalan que en los próximos cinco años, la riqueza provendrá de la renta variable, antes que del dinero en efectivo y depósitos.
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