HISTORIAS
Lo que se puede aprender de Namibia
Namibia es un país del suroeste de África que fue colonizado por Alemania en 1840, que la perdió como consecuencia de su derrota en la Primera Guerra Mundial, para ser ocupada por Sudáfrica hasta que posteriormente se declaró ilegal la ocupación.
Durante esa ocupación, Namibia sufrió el apartheid hasta que logró su independencia en 1989, cuando eligió a su primer presidente en la persona de Sam Nujoma, según señala un artículo de Project Syndicate “Learning from Namibia”.
Su economía se sustenta en la explotación de diamantes y uranio, aunque también tienen minería de cobre, estaño y plomo. Sin embargo, esto no es lo que explica por sí solo su crecimiento porque ese país entiende que los recursos naturales se pueden convertir en una maldición si es que enriquece a unos pocos a expensas de muchos y que hay que invertir en infraestructura y capacidad productiva. Por eso, también protege aquellos que son renovables como la pesca, que trabaja duramente por proteger y preservar para que sea un activo del desarrollo turístico de ese país que hoy aporta recursos importantes al PBI.
Gracias a eso, el PBI de Namibia se encuentra en 4.5%, con un ritmo de crecimiento de 4.2% anual que se mantuvo constante de 1991 hasta el 2014. Además, el sector salud también ha mejorado. Los esfuerzos contra la Malaria han conseguido reducir los casos en un 97% en una década. Además, su tasa de desigualdad se ha reducido en 15 puntos desde 1993. Por último, la pobreza se ha visto reducida de 69% a 30%, y la pobreza extrema ha caído de 53% a 23%.
El éxito de este país para revertir una historia de adversidad tiene que ver con la apuesta que ha hecho en el sector de educación, gracias a lo cual la primaria y secundaria públicas son gratuitas.
No obstante, este país de poco más de 2,4 millones de personas sigue teniendo problemas como por ejemplo que el 17% de su población tiene VIH. Además, tienen dentro de su territorio a tribus nómades que se tiene el desafío de integrarlas y cohesionarlas a la sociedad sin que pierdan su esencia. La buena noticia, es que tienen un gobierno que se sigue esforzando para reducir estos problemas y eso pasa incluso por compartir y ayudar a todos los países africanos que los rodean, muchos de los cuales son corruptos.
Todos estos esfuerzos han hecho que el Banco Mundial clasifique a Namibia como un país donde predomina la clase media. Sin embargo, este rechaza dicha categorización porque se reconoce como un país árido, pequeño y en desarrollo.
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